De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental que se manifiesta a través de la tristeza, pérdida de interés, alteraciones del sueño, sentimientos de culpa, sensación de cansancio o falta de autoestima y concentración. De igual forma, este organismo detalla que puede ser diagnosticada de forma fiable y tratada con psicoterapia profesional.
La sensación de pérdida, por ejemplo, es una de las causas que destaca la OMS como el factor de riesgo de la depresión. Según la psicooncóloga y presidenta fundadora de la Sociedad Venezolana de Psicooncología, Gissell Luna, la persona diagnosticada con una enfermedad crónica como el cáncer de mama avanzado, puede crear una condición de desánimo y propiciar síntomas depresivos, pero no todo enfermo la padece.
“Cuando hablamos de ansiedad y depresión nos referimos a alteraciones del estado de ánimo. No podemos decir que todo paciente con cáncer de mama avanzado manifiesta síntomas de dichos trastornos. Se pueden presentar casos de tristeza y desesperanza en estos pacientes, y estas condiciones las puede tratar un psicooncólogo,” expone.
La especialista refiere que la depresión en pacientes con cáncer de mama avanzado no se vive de forma individual, puesto que los familiares también pueden manifestar algunos síntomas de forma más atenuada. “Al aparecer la enfermedad en una persona, automáticamente se ve afectado todo el grupo familiar. Es frecuente que aparezcan síntomas de ansiedad y depresión, incluso con mayor intensidad. Por esto es importante que el familiar busque también ayuda psicológica,” afirma la doctora.
Con respecto al tratamiento, la doctora explica lo siguiente: “Cuando el especialista observa que los síntomas de depresión y ansiedad tienen una duración mayor a un mes y no revierten con la psicoterapia, se indica una evaluación por psiquiatría y dicho especialista tomará la decisión de medicar al paciente o no.
Es importante resaltar que en muy bajo porcentaje los pacientes necesitan dicha medicación.” Como recomendación, la psicooncóloga enfatiza en la búsqueda de ayuda profesional tanto al paciente como a sus familiares más cercanos.
“Lo más recomendable es asistir al psicooncólogo al observar síntomas de ansiedad y depresión o desde el momento en que aparece la enfermedad. De esta manera, se puede prevenir la aparición de estas afecciones en el paciente y su entorno,” concluye.
