Los síntomas de la hipocondría aparecen en cualquier edad. Existe un pico de frecuencia en el hombre a los 40 años, y en la mujer, a los 50. Las causas de esta patología no se conocen muy bien.
Los científicos creen que podría desarrollarse en ciertas personas cuyos padres reaccionaron con exceso a la enfermedad: cuando uno de ellos temió mucho por su salud o cuando a un hijo lo llevaban al médico ante cualquier malestar.
Ciertos hipocondríacos han conocido carencias afectivas precoces –un duelo, una separación–. Estas situaciones hacen nacer en ellos un sentimiento de vulnerabilidad y de inseguridad con relación a su cuerpo.
4 síntomas de que eres hipocondríaco...
1. Se interpreta el menor síntoma físico como la señal de una enfermedad grave
De esta forma, un simple dolor de cabeza se convierte en un aneurisma o un tumor cerebral, un pequeño dolor en el pecho deja presagiar un infarto o un cáncer de pulmón…
2. Incluso un balance médico completo y minucioso no calma las inquietudes
La ansiedad no disminuye, ni siquiera cuando se demuestra que se está en buena salud: se ve a varios especialistas, todos los exámenes clínicos dicen lo mismo, pero no se termina de creer.
3. Las angustias provocan un sufrimiento real
Estas conllevan repercusiones en las relaciones y en el trabajo, ya que las visitas constantes al médico y los problemas emocionales que conlleva el pensar que se está gravemente enfermo terminan por cansar y desesperar a todos los que te rodean.
4. Los problemas persisten desde al menos 6 meses
De esta forma, se puede ver que el problema es continuado en el tiempo, por lo cual es un buen momento para intentar tratar este problema.
Remedio para la hipocondría
El primer paso, y el más difícil a franquear es aceptar la idea de que se sufre una angustia excesiva o patológica. Entre los tratamientos posibles, destaca el tratamiento farmacológico (con ansiolíticos), que ha hecho furor en los últimos años.
Pero los medicamentos no puede resolverlo todo, y un proceso psicológico está indicado en la mayoría de los casos. Las terapias comportamentales y cognitivas han demostrado su eficacia. Estas pretenden reducir la angustia relacionada con los síntomas físicos y provocar que el temor a la enfermedad no impida que el paciente pueda vivir normalmente. Unas sesiones de relajación pueden ser beneficiosas.
Los esfuerzos de restablecimiento deben centrarse en reducir la ansiedad. Para ello es necesario:
Intentar controlar la necesidad de consultar a un médico. Esto sólo procura un efecto de alivio de la ansiedad, lo que impide acostumbrarse. Conviene saber que habituarse conduce a una reducción gradual de la ansiedad.
Comenzar un proceso terapéutico: consultar a un especialista de desarreglos de la ansiedad (psiquiatra, psicólogo) o someterse a una terapia de grupo.
¿Crees que tú o alguien de tu familia sufre de hipocondría? ¿Consideras que es importante tratar esta problemática? ¿Por qué?
LC