Pedro Torres Ciliberto: Edulcorantes son de ayuda para las personas con obesidad o con diabetes

El presidente de la Fundación Torres-Picón, quién trabaja en prevención de la obesidad infantil, explica que “los expertos han despejado dudas en este tema, aclarando que los edulcorantes consumidos como sustitutos del azúcar en alimentos y bebidas, pueden ser un recurso para favorecer la pérdida de peso”. Sin embargo, los especialistas advierten no olvidar los pilares principales que son la alimentación equilibrada y la actividad física. Torres Ciliberto citó la opinión de profesionales de la nutrición que han informado sobre la existencia de estudios científicos que demuestran que “el consumo de edulcorantes a largo plazo, no es dañino, siempre y cuando no se tomen cantidades desmesuradas de ellos”.

¿Cuán dañina es el azúcar? ¿Son mejores los edulcorantes? Estas son dos preguntas que se reiteran en el ambiente de la nutrición. Sobre la primera, hay quienes dicen que en exceso actúa negativamente hasta en el propio cerebro. Sobre la segunda, han circulado versiones de la presunta relación de los edulcorantes con el cáncer. Lydia Amador Marti, dietista-nutricionista, dedicó un buen artículo a este tema y lo publicó “on line”. Desde la Fundación Torres-Picón reivindicamos la conveniencia y utilidad de compartir información oportuna como esta, que contribuye a despejar dudas entre quienes se muestran preocupados por controlar su peso, comentó Pedro Torres Ciliberto. La especialista, a la cual agradecemos las explicaciones brindadas en su publicación, señaló que, el ser humano ha tenido una preferencia al sabor dulce desde tiempos ancestrales, hasta tal punto, que en antiguas poblaciones utilizaban el azúcar como moneda. Cuando comemos alimentos y percibimos su dulzura, asociamos esa ingesta a un momento de placer, a un refuerzo o cambio de humor positivo, algunos lo consideran hasta “capricho”. No obstante, la importante tasa de obesidad y diabetes que se registra en España y otros países, obliga a la tecnología alimentaria a producir comestibles enfocados a “cuidar la salud y estética corporal del consumidor” y al mismo tiempo estos deben mantener un gusto agradable (tales como alimentos y bebidas light, bajas en calorías, bajos en azúcar o bajos en grasa, con edulcorantes). Pero en cambio, al pronunciarse la palabra “edulcorante” por separado, se palpa a veces un cierto temor o tensión. Y es que sobre estos han habido controversias a lo largo de los años entre consumidores, sanitarios, toxicólogos y distintos profesionales de la nutrición. Lydia Amador Marti expone que, existen dos tipos de edulcorantes, los calóricos también llamados nutritivos (que aportan 4 calorías por gramo) y los no calóricos o no nutritivos (que aportan 0 calorías por gramo). “Encontramos edulcorantes CON CALORIAS artificiales y naturales; entre los procesados encontramos el azúcar de pastelería, edulcorantes a base de plantas como el maíz, el azúcar moreno… y como edulcorantes naturales encontramos la fructosa de las frutas, la glucosa del maíz, la lactosa de la leche, el manitol, sorbitol…” -Mientras que, los edulcorantes SIN CALORIAS y ampliamente conocidos, son todos artificiales, entre ellos la Sacarina (200-700 veces más dulce que el azúcar, la cual se encuentra en bebidas y alimentos dietéticos), la Sucralosa (también conocida como Splenda que supera 600 veces el sabor de la azúcar), el Aspartamo (conocido como Equal o Nutrasweet, con un poder edulcorante 220 mayor que el azúcar), el acesulfamo o sal de potasio (conocido como Sweet One y que se usa en bebidas carbonatadas junto con otros edulcorantes), y el ciclamato (30 veces más dulce que el azúcar).

LOS EDULCORANTES NO SON UN PREVENTIVO

Sustituir el uso de azúcar por edulcorantes sin calorías representa un cierto ahorro energético. Si bien no aportamos tantas calorías al cuerpo, esto sólo será efectivo si disminuimos las grasas en la dieta. Es decir, “no sirve de nada usar sacarina para engordar menos, si luego nos comemos un costillar”. -Tenemos que estar pendientes del consumo de azúcares, porque un exceso hace que se conviertan en triglicéridos, fomentando la acumulación de grasa en el cuerpo. Pero debemos saber que el azúcar es la gasolina para que nuestro cerebro funcione bien. “Gracias a los edulcorantes no calóricos, podemos controlar el peso y la diabetes (ya que no crean picos de insulina en sangre a diferencia del azúcar)”. -Pero, en cambio, para la población con peso adecuado y sin diabetes, el uso de edulcorantes o de productos bajos en calorías que los contienen no presenta tanta utilidad para la prevención de la obesidad y su síndrome metabólico. En este caso, los pilares básicos para mantener un buen estado de salud y prevenir enfermedades, sería el cumplimiento de una alimentación equilibrada (variada y moderada en cantidad) y la realización de actividad física, ha argumentado Amador Marti. Resumiendo, apunta Torres Ciliberto, hasta ahora no se tiene conocimiento de estudios que demuestren que sean cancerígenos, y sí sobre que los edulcorantes no ocasionan daño. “No obstante, igual que no es bueno consumir mucha fruta, o muchas proteínas, no es bueno abusar de los edulcorantes. Nada en exceso es bueno. Si consumimos más glutamato del que se debe (producto estrella de los restaurantes chinos) podemos sufrir angustia y taquicardias. El sorbitol consumido en exceso tiene efecto laxante y podemos encontrarlo en muchos chicles sin azúcar. El aspartamo que contiene fenilalanina no se recomienda para personas que padecen fenilcetonuria. Pero un consumo excesivo de edulcorantes supondría consumir unas 20 latas de refrescos dietéticos diariamente o 92 sobres de edulcorantes” advirtió Lydia Amador Marti. -Hoy en día, casi todos los sectores de la alimentación utilizan algún endulzante. Antes de que un edulcorante sea utilizado en la industria alimentaria, debe pasar por estudios toxicológicos, oncológicos, teratológicos, neurológicos, hematológicos, pediátricos y de nutrición. De modo que sean aprobados por organismos y comités expertos que velan por la seguridad alimentaria y aseguran que no ocasionan ningún daño grave en nuestra salud. Ahora bien, la otra parte fundamental que complementa la alimentación equilibrada como una medida preventiva principal, es el combate de la vida sedentaria, caminar, involucrarnos y participar más en las prácticas deportivas, en la realización de ejercicio físico cotidianamente, que es una efectiva herramienta para mantener el peso y las buenas condiciones, ayudando a procesar el consumo de calorías. Torres Ciliberto llamó a los pacientes obesos a chequearse y colocarse bajo vigilancia médica. GF/EDC

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