El ajo es un cultivo de bulbo (allium) de la misma familia que las cebollas; crecen bajo tierra y contiene una cantidad de azufre que, aparte de causar mal aliento, viaja a través de todo el cuerpo haciendo que lo transpiremos por los poros. Por ello es que las mentas no son una medida suficiente para ocultar su ingesta.
El ajo suele ser un alimento con mala reputación debido al efecto que provoca en nuestro aliento, pero hay muchos beneficios detrás de su inmerecida fama.
Según especialistas en nutrición de la Universidad de Colorado, el sudor con contenido de ajo puede actuar como un repelente natural de mosquitos, dado que estos pueden oler el dióxido de carbono y ácido láctico a una distancia hasta de 40 metros.
El ajo es un antibiótico natural, de hecho, los médicos británicos lo utilizan como para tratar soldados heridos en la Segunda Guerra Mundial. Una de las ventajas reales de usarlo de esta manera, es que las bacterias en nuestro cuerpo no desarrollan resistencia a él, por lo que es eficaz en el tiempo a diferencia de otros medicamentos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Washington liderado por el médico Lu Xiaonan aislaron un compuesto que se encuentra en el ajo llamado dialil sulfuro y lo probaron como un antibiótico contra la bacteria Campylobacter, que es una de las causas más comunes de enfermedades transmitidas por alimentos en los EE.UU. y afecta a 2.4 millones de estadounidenses cada año. Los investigadores descubrieron que el sulfuro de dialil era 100 veces más eficaz en matar las bacterias que los dos antibióticos de uso más común para combatirla.
Al final, todo se reduce a si te gusta el ajo o no. Si de plano no puedes soportar el olor, prueba con los suplementos encapsulados. Pero si te gusta el delicioso sabor que suele darle a los platillos, acuérdate de todos los beneficios que te dará antes de quejarte del mal aliento.
Fuente: Mamá Natural
