"Los vinos tintos tienen un nivel de acidez que contribuye a la desmineralización de los dientes y permite la adhesión de los pigmentos naturales de la bebida (como los taninos) con más facilidad", apunta la nutricionista Dayany Araújo Farias, coordinadora del Hospital de Nueve de Julio, en Brasil.
casi todos nos encanta disfrutar de una taza de vino, en especial durante una comida, pero la ingestión de esta bebida requiere algunos cuidados, en especial cuando se trata de la salud oral. Y es que el vino tiene en su composición pigmentos que son altamente perjudiciales para el esmalte dental.
La experta aconseja a tomar agua mientras se consume el vino, pues el agua dificulta la adhesión de los pigmentos del vino a los dientes, así como hidrata la mucosa de la boca, ayudando a eliminar los residuos de alimentos.
El alcohol presente en el vino también podría perjudicar la sonrisa. "El alcohol y la acidez del vino pueden disminuir la cantidad de saliva (hasta un 30%), lo que dificulta el proceso de limpieza de la boca y en algunos casos causan sensibilidad dental", señala el cirujano-dentista Anthony Solomon Braz.
"Si ya tienes el hábito de cepillarte los dientes tres veces al día y usar hilo dental no hay que preocuparse. La superficie lisa de los dientes limpios dificulta la adhesión de los pigmentos del vino", finaliza el experto.