Rábano para perder peso ¡y más!: El rábano (Rhapanus sativus) es una hortaliza que pertenece a la familia de las crucíferas, al igual que las coles y los berros, por ejemplo, sus orígenes se sitúan en China, aunque sus primeros usos se le atribuyen a los egipcios y babilonios.
Los egipcios, lo incluían en sus dietas al igual que el ajo, la cebolla y el pepino, para reforzar su protección contra las enfermedades. A través del tiempo, fue valorado también por las culturas griega y romana, quienes difundieron su consumo al resto del continente europeo.
Una ración de rábano (100 gramos) aporta 20 kilocalorías únicamente (más del 94% es agua, 0.54% grasas, 0.6% proteínas, 4% carbohidratos y 1.6% fibra).
Si hablamos de las vitaminas que su consumo nos brinda, podemos mencionar el aporte de vitaminas A, C, B9 así como pequeñas cantidades de otras vitaminas del grupo B; en cuanto a los minerales, el rábano nos aporta potasio, calcio, magnesio (en menores cantidades), fósforo, hierro, zinc, selenio, cobre y sodio.
Al incluirlo en nuestra alimentación, ayuda a mejorar nuestra salud, por las siguientes razones:
Es un poderoso antioxidante que favorece la producción de colágeno.
Estimula la digestión y evita el estreñimiento.
Mejora la circulación.
Es un gran tónico para el agotamiento muscular.
Favorece el incremento de la flora intestinal y evita infecciones intestinales.
Mejora la calidad del sueño.
Ayuda a la formación de glóbulos rojos y blancos.
Protege al organismo contra los resfriados y fortalece los huesos.
Estimula el sistema inmunológico ya que eleva las defensas del organismo.
El jugo, ayuda a cicatrizar heridas; elimina el mal olor de pies y las axilas.
Ayuda a la absorción de azúcares para que no se conviertan en grasas y se acumulen en el cuerpo.
Por otro lado, el rábano puede ser un gran auxiliar si buscas perder algunos kilitos, ¡consúmelo crudo, los beneficios serán mayores! Es una hortaliza baja en calorías, así que disfrútala en grandes cantidades, porque además te ayudará a sentir saciedad y a controlar el apetito. Además, al tener propiedades antioxidantes, aumenta la capacidad de quemar grasa y pérdida de peso.
Aunado a esto, su alto contenido en yodo acelera el metabolismo mientras ayuda a la combustión del tejido adiposo y el potasio combate la retención de líquidos porque actúa como un diurético natural.
Independientemente de que lo consumas en ensaladas o como toping de alguna sopa, aquí te dejo la receta de un licuado para perder esos kilitos que sobran:
Licuado de rábano, apio y limón
Para su preparación necesitas:
-1 rábano
-jugo de un limón
-2 ramas de apio
-1 vaso de agua
Licua todos los ingredientes hasta que quede una mezcla homogénea. Consúmelo en ayunas durante nueve días seguidos y después descansar otros nueve días; continúa con esta rutina hasta cumplir los tres meses. La única contraindicación es que, si tienes gastritis, no es recomendable que lo tomes.
Este remedio debe ir acompañado de una dieta balanceada y por supuesto de una rutina de ejercicio. Esta será la manera en la que obtendrás los mejores resultados.
Recuerda… ¡tú generas el cambio!