Genética puede mejorar salud: consejos anti-envejecimiento

La genética puede mejorar nuestra salud y nuestra estética. En la actualidad, ciencia y alimentos se unen en la cocina para crear platos a medida. La nutrigenética muestra cómo nuestros genes son más sensibles a determinados alimentos, de qué manera la comida influencia sus funciones y qué elección nutricional es la más adecuada y efectiva para cada uno. Es la revolución médica total: previene enfermedades, es anti-aging y tiene un rol comprobable en la longevidad.

¿Por qué envejecemos?

El deterioro físico está asociado a varios factores pero, muy especialmente (y al igual que el sobrepeso), a la insulina. El azúcar acelera el proceso de envejecimiento y produce inflamación, afectando nuestras células y genes. El alto nivel de azúcar en sangre desgasta las proteínas y genera estrés oxidativo: cuanta más azúcar y harinas consumamos, más rápido envejeceremos.

Además, en dermatología se ha descubierto que la molécula de la glucosa se fija de forma permanente en el colágeno de la piel, produciendo enzimas que lo descomponen y causando la aparición de arrugas. Así como se adhiere al colágeno, también se instala en los ligamentos, huesos, venas y arterias deteriorando todo el organismo en forma precoz.

Los radicales libres son los “malos” de esta historia, mientras que los antioxidantes son los “superhéroes”. Los primeros nacen como luchadores natos para combatir infecciones provocadas por bacterias y virus pero se convierten, a la vez, en enemigos: al no diferenciar entre su oponente y el resto, atacan ADN, proteínas, membranas plasmáticas, moléculas y demás.

Los antioxidantes, por su parte, son defensas naturales del organismo, protegen las células de su agresión y neutralizan a los primeros. Una nutrición rica en ciertas vitaminas y nutrientes consigue que nuestra biología avance en forma saludable y paulatina.

Los dioses anti-edad

La dieta anti-age se resume en la fusión inteligente de antioxidantes, como oliva, apio, perejil, nueces, tomate, champiñones, pepino, atún, sardina, ostras, salmón rosado, entre otros. 

Entre los nutrientes esenciales que trabajan las terapias ortomoleculares en las terapias anti-age, se recomienda consumir: vitaminas A, B6, C y E, tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico; minerales como el cobre, el zinc, el hierro y el manganeso; microelementos como el selenio; aminoácidos como la cisteína; y enzimas como el superóxido dismustasa y la catalasa.

Entre las hormonas que ayudan a prevenir los síndromes del envejecimiento, se encuentran:

* Insulina: manzana, banana, huevo, verduras de hojas verdes (sobre todo, la espinaca), ostras, lomo de cerdo, salmón, camarones, langosta, cangrejo.

* DHEA (dehidroepiandrosterona): huevo, queso de cabra, langosta, salmón.

* GH (hormona de crecimiento): carnes magras, pescado, huevo.

* Melatonina: banana, brócoli, espinaca, tomate.

* Testosterona: carnes, pescados azules, ananá, mangos, melón, manzana, naranja, banana, verduras de horas verdes.

Además, se recomienda evitar la exposición al sol (sobre todo, de 10 a 15 horas), usar siempre bloqueador de rayos UV-A y UV-B e ingerir un vaso de agua mineral o jugos naturales por hora para mantener la piel hidratada.

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