Diseñan una nariz electrónica para mejorar el tratamiento del asma

La nueva investigación es parte del proyecto U-BIOPRED para aprender más sobre los diferentes tipos de asma para asegurar un mejor diagnóstico y un tratamiento para cada persona.

Una nariz electrónica puede detectar con éxito los diferentes subgrupos de niños asmáticos, según informa un nuevo estudio, cuyos resultados se han presentado en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS).

Los profesionales de la salud ahora saben que hay muchos tipos diferentes de asma y que afecta a las personas de maneras muy diferentes.

Las investigaciones actuales se centran en categorizar estos diferentes grupos en fenotipos y revelar vías fisiopatológicas subyacentes de estos subgrupos más pequeños de asma. Si se puede lograr esto, ayudará a los profesionales sanitarios a tratar el asma adaptando la terapia a cada persona, en lugar de un enfoque de «talla única».

Subgrupos de pacientes

El nuevo estudio analizó el perfil de aliento exhalado en muestras de 106 niños con asma o sibilancias. Esto implicó la observación de partículas en el aire conocidas como compuestos volátiles exhalados, que luego son analizados por las llamadas narices electrónicas. Los resultados mostraron cinco subgrupos distintos, cada uno de ellos con pacientes con perfiles de aliento similares. Al comparar las características clínicas de estos grupos, se diferenciaron en edad y síntomas de asma.

Los hallazgos sugieren que el análisis exhalado por una nariz electrónica puede ser útil en la comprensión de las diferencias entre los individuos con asma, lo que podría ayudar en última instancia a la identificación de subgrupos de la enfermedad.

«Sabemos que las narices electrónicas tienen el potencial de ayudarnos a entender más acerca de una serie de enfermedades pulmonares. En este estudio, hemos demostrado que son un método eficaz para entender más sobre las sutiles diferencias observadas entre las personas con asma. Al clasificar el asma en diferentes subgrupos, podríamos ser capaces de proporcionar un tratamiento mucho más a la medida para cada individuo», concluye el autor principal, Paul Brinkman, del Centro Médico Académico de Ámsterdam (Países Bajos).

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