EPOC: la consecuencia del hábito tabáquico

Si una persona mayor de cuarenta años es fumadora o fumó y empieza a sentir una sensación de falta de aire al momento de realizar actividades rutinarias como ducharse, tender la cama o vestirse, acompañado de tos y expectoración, puede estar manifestando los síntomas asociados a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Un padecimiento que por desarrollarse de manera silenciosa, lenta y progresiva, lleva al paciente a la consulta más tarde de lo aconsejable.

Ricardo Del Olmo, médico del Laboratorio Pulmonar del Hospital María Ferrer en Buenos Aires, Argentina, cuenta que muchas personas llegan a revisión médica al presentar malestar.

“Ellos alegan: doctor tengo cuatro o cinco años sin fumar y no sé qué me pasa. Y lamentablemente, lo que sucede es que tienen alguna de las formas con las que aparece la EPOC. Es decir, un enfisema pulmonar o una bronquitis crónica”, argumenta.

El neumonólogo explica que el principal detonante de esta patología es el cigarrillo. De hecho, a su juicio, “hablar de la EPOC es casi lo mismo que decir tabaquismo, pues aun cuando no todos los fumadores la desarrollan, éste hábito representa el principal factor de riesgo”. En este contexto, añade que los daños al organismo, ocasionados por la acción de fumar no se miden solo por la cantidad de cigarrillos consumidos, sino también por la suma de años fumando.

Del Olmo insiste en la necesidad de dejar el cigarrillo para disminuir las posibilidades de padecer o manifestar esta enfermedad. Tomando en cuenta que el humo que produce no solo afecta al fumador activo, sino también al pasivo. “Cuando en la familia, una persona fuma es como si todos lo hicieran”, opina al advertir que quien inhala de manera indirecta las sustancias químicas que componen un cigarro también puede ser víctima de daños irreversibles en las vías respiratorias como los que produce la EPOC.

“Independientemente que se manifiesten síntomas o no, toda persona mayor de cuarenta años que fume o haya fumado, debe someterse a una prueba sencilla llamada espirometría destinada a medir el flujo de aire”, manifiesta al detallar que este estudio se realiza en 15 o 20 minutos, es práctico y no invasivo.

En cuanto al tratamiento, el doctor recomienda el uso de los broncodilatadores como primera línea de tratamiento. “Este tipo de medicamentos mejoran la mecánica ventilatoria y la función pulmonar y disminuyen las exacerbaciones o empeoramientos temporarios que pueda presentar el paciente. Los de rápido inicio de acción y duración prolongada pueden tener ventajas. Uno de ellos, el indacaterol, se puede administrar una vez por día y permite rápido alivio de los síntomas que muchos de estos pacientes experimentan al iniciar su día”.

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