¿Por qué es malo diagnosticarse por Internet?

Internet es una herramienta genial, que pone a nuestra disposición todo tipo de información, incluido un sinnúmero de páginas médicas, muchas de las cuales hablan de las enfermedades y de sus síntomas. Por ello, es muy habitual que cualquier usuario sienta la necesidad de averiguar por su cuenta lo que le pasa. Pero no es una buena idea, y te voy a explicar porque.

1º- Un síntoma es difícil de describir

Piensa en cuando vas al médico y le cuentas tus síntomas. Normalmente un profesional te hará varias preguntas para aclarar de qué estás hablando exactamente. Pongo un ejemplo: imagina que te duele en alguna parte. No basta con qué digas que te duele. El médico te preguntará si es un dolor sordo o agudo, constante o intermitente, si te duele más cuando te mueves o cuando estás en ciertas posturas, etc… A menudo el facultativo, gracias a su experiencia, sabe encontrar imágenes para ayudarte a explicar con más precisión lo que te pasa.

Además, una persona sin estudios médicos puede confundirse sobre el sentido de las palabras, y no ser capaz por si misma de describir correctamente su síntoma.

Por esos dos motivos, tienes mucha posibilidad de equivocarte en el síntoma que piensas tener, y por lo tanto de mirar información sobre enfermedades que nada tienen que ver con lo que tienes.

2º- En Internet se habla más de las enfermedades graves

¿Sabes dónde tienes el apéndice?  Si tienes una idea más o menos precisa de donde tenemos este órgano vestigial, puede que alguna vez hayas sentido dolor precisamente en este punto. Lo más probable es que este dolor fuera simplemente debido a gases, pero la proximidad del apéndice quizás te haya llevado a buscar “síntomas apendicitis” en Google. Porque en Internet, si describes tu dolencia, las tonterías como el dolor producido por la presión de los gases dentro de tu sistema digestivo tendrán un lugar muy pequeño, mientras destacarán enfermedades más graves como por ejemplo, la apendicitis.

3º- No tienes ni idea de la probabilidad de cada enfermedad

Otro tema clásico de mirar síntomas por Internet es que te vas a encontrar con una lista de posibles enfermedades, pero sin ordenar de mayor a menor probabilidad, o si lo están, de forma muy básica. Ser médico tiene mucho que ver con las estadísticas. Un médico sabe relacionar los síntomas con las probabilidades de enfermedad y con otros síntomas que le permiten encontrar rápidamente al sospechoso. Eso es el resultado de una década de estudios, algo que no puedes igualar, incluso informándote mucho por Internet.

Tú a cambio, ves una lista de sospechosos que van de un simple exceso de estrés a un posible cáncer (en casi todos los síntomas que averiguas por Internet encontrarás el cáncer como posible causa), y lógicamente, te preocupas mucho, y en la inmensa mayoría de los casos, de forma infundada.

4º- En Internet no hay exploración física

Algunas personas piensan que en el futuro una consulta médica será tan sencilla como meterse en una página web, ir respondiendo a unas preguntas, y obtener un diagnóstico. El problema de todo eso es que algunas de las “preguntas” que hace normalmente un médico no son verbales. Se trata de la exploración física del paciente. Le hace falta ver, y a menudo tocar, para entender bien los posibles síntomas. Algo que claramente, no puedes hacer tú desde tu casa, y aunque pudieras explorarte, no tendrías el conocimiento necesario para acertar.

5º- La calidad de las páginas puede ser muy variable

Uno de los principales problemas de Internet, y con eso me refiero más bien a la búsqueda en Google, es que coexisten páginas de calidad muy variable. Lo mismo te encuentras con una excelente página (por ejemplo la web oficial del ministerio de salud de un país) como te topas con las elucubraciones de diversos charlatanes. Puede ser difícil diferenciar la web informativa de un médico reconocido con la de una persona que cree en teorías alternativas sin fundamentos científico.

Por lo tanto, si buscas información, te arriesgas a encontrar datos que ni siquiera son fiables. Incluso en la Wikipedia, que tendemos a tomar como referencia, hay errores, porque es una página escrita por usuarios cuyo conocimiento puede ser muy variable.

6º- Si haces tu propio diagnóstico, es probable que te auto-mediques

Finalmente, quería destacar que probablemente el mayor peligro de buscar información por Internet es que acabes medicándote por tu cuenta. Claro que no hace falta que navegues por la red para hacerlo, y de hecho muchas personas toman medicamentos sin opinión médica. Pero tiene lógica que si piensas haber encontrado tu dolencia y tienes a mano los medios para resolverlo, tomes acción para resolver el problema de la forma que piensas correcta.

Esto es sumamente peligroso. Por desgracia, muchas personas usan las sobras de medicamentos que le recetaron antes para curarse, cuando no están capacitadas para diagnosticarse ni medicarse. Este tipo de comportamiento hace, por ejemplo, que se usen muchos más antibióticos que lo que es necesario, con el peligro sanitario inminente que implica. Peor aún, la automedicación puede tener graves consecuencias para tu salud, ya que los medicamentos son armas de doble filo. Suelen resolver un problema y crear otro, especialmente cuando se usan de forma frecuente.

7º- Ve al médico

Por supuesto, si ocasionalmente tienes dolor de cabeza y te tomas un analgésico, no pasa nada. No te estoy diciendo que vayas al médico para cualquier tontería. Pero si tienes una duda, si un síntoma aparentemente nimio persiste, o si te preocupa cualquier cosa, lo mejor que puedes hacer es salir de dudas yendo a ver a un profesional. Si confías en Internet lo más seguro es que te preocupes más y ni siquiera aciertes en diagnosticarte.

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