Las dificultades para alcanzar el sueño son notorias cuando uno se encuentra en gravedad cero. Los astronautas han vivido este problema en sus propias carnes y en muchas ocasiones les ha ocasionado notorios contratiempos en su trabajo y concentración. Por ejemplo, un astronauta llamado Valentin Lebedev en una ocasión hizo 50 fotografías con la abertura del objetivo cerrada.
Por estos motivos, el duro entrenamiento necesario para poder viajar más allá de la exosfera incluye una buena preparación para poder descansar en las extrañas condiciones que se viven en el espacio. Además, con el objetivo de aplicar mejoras, la NASA realizó investigaciones acerca del sueño y, tal y como aparece en la revista The Week, llegó a varias conclusiones.
La primera de ellas es que somos esclavos de las señales externas. En el libro Bold Endeavors: Lessons from Polar and Space Exploration (Naval Institute Press) se explica lo complicado que es regular el sueño cuando no existen señales externas que nos indiquen el trascurso del tiempo, como la luz o la oscuridad. Cuando se pierde esta percepción se tiende a que los horarios dejen de estar sincronizados.
Otro aspecto del que se dieron cuenta es que, aunque podamos creer que no nos influyen determinadas molestias, sí que lo hacen. La calidad del sueño varía dependiendo de la luz o los ruidos, aunque tengamos la sensación de habernos acostumbrado a ellos.
Quizá nos pueda parecer que estas son particularidades sin apenas importancia, no es así. Estamos constantemente rodeados de instrumentos electrónicos que pueden influir negativamente en nuestros ciclos vitales con los ruidos, luces e imágenes que generan.
Cómo solucionar los problemas de sueño
Que dormir lo necesario cada día es un aspecto básico para nuestra vida es algo ya conocido por todos. Sin embargo, cada persona necesita una cantidad de horas de descanso diferente. Lo más habitual es que con ocho sea suficiente, pero hay quien necesita menos.
Un estudio de la Universidad de Pennsylvania demostró que, en aquellas personas que sus necesidades rondaban las ocho horas, dormir solo seis durante dos semanas tenía efectos negativos en su organismo, equivalentes a la sensación de estar borracho.
Vista la necesidad del descanso para el desarrollo saludable de nuestras actividades, la NASA llegó a las cuatro siguientes conclusiones.
Conservar los horarios: tener una agenda estable es básico para poder crear unos hábitos saludables del ciclo del sueño. Estos han de seguirse, incluso, en los fines de semana, ya que en ellos se dejan de lado las tareas habituales y, por tanto, existe un mayor riesgo de que se desconfigure nuestro â??relojâ??.
Disfrutar de un rato de descanso antes del sueño: a la cama hay que llegar relajado. Tener una hora de calma, paz y tranquilidad antes de caer rendido en los brazos de Morfeo es una gran ventaja para alcanzar antes el sueño.
Tener señales externas: como ya se ha comentado en líneas anteriores, los agentes externos tienen una fuerte incidencia en el sueño. Disfrutar de horas de luz por la mañana y de oscuridad por la noche es esencial. Un buen consejo es no tener a nuestro alcance elementos electrónicos que nos puedan despistar o iluminar.
Preservar el dormitorio oscuro, fresco y libre de ruido: al igual que el anterior consejo, este incide en la importancia de un entorno propicio para el descanso. Una idea que propone John Durant, autor del libro The Paleo Manifiesto: Ancient Wisdom for Livelong Health (Harmony), es la de añadir una nueva alarma en nuestra vida, pero por la noche. El objetivo de esta técnica es disponer de un recordatorio que nos indique, una hora antes de ir a dormir, que ya ha llegado el momento de la relajación.
Fuente: El COnfidencial