El legendario escritor Charles Bukowski no sólo es recordado por sus oscuras historias cargadas de ironía, rabia y corazón, acerca de personajes borrachos, perdidos y malditos, sino también por haber dejado para la posteridad algunas de las líneas más ingeniosas, sarcásticas, bellas o inteligentes de la literatura norteamericana. “La belleza no es nada, la belleza no permanece. No sabes lo afortunado que eres de ser feo, porque si le caes bien a la gente, sabes que es por otra cosa”, dijo una vez.
Si este contundente argumento a favor de la fealdad aún no te convence y sólo sueñas con ser (más) atractivo/a, existen además algunas razones científicas que destacan ciertos beneficios de no ser particularmente atractivo.
Si me crees, conócelas a continuación. Éstos son algunos de los beneficios de no ser atractivo según la ciencia:
#5 La baja estatura
Todo el mundo quiere ser más alto, excepto, tal vez, Shaquille O'Neal.
¿Qué dice la ciencia? Según varios estudios realizados a lo largo de todo el mundo, la gente de menor estatura vive más que las personas altas. Por ejemplo, las personas con mayor expectativa de vida se encuentran en Okinawa, en Japón. ¿Su estatura promedio? 1,45 m. Por otra parte, se ha demostrado que las personas de mayor altura son más propensas a contraer cáncer o enfermedades del corazón.
#4 La fertilidad
Nadie quiere tener un hijo feo. Por eso a la hora de procrear se buscará el representante más atractivo del sexo opuesto.
¿Qué dice la ciencia? Las personas feas son más fértiles. Un estudio realizado en el año 2009 llegó a la conclusión de que los hombres más atractivos producen menos esperma durante el sexo, por lo que, si eres una mujer que busca quedar embarazada rápidamente, es preferible que consigas una pareja no del todo atractiva.
En el sentido evolutivo, esto podría sonar extraño y hasta contraintuitivo, pero no es así.
La explicación sería que, mientras menos atractivo sea el hombre, menos posibilidades de llegar a la instancia del sexo tiene, por lo que, una vez que lo hace, debe aprovechar al máximo sus capacidades reproductivas. El estudio fue realizado en aves y peces, pero muchos científicos consideran que se aplica a los humanos también.
#3 Una gran nariz
No es casualidad que una de las cirugías estéticas más realizadas sea la rinoplastia, es decir, la modificación de la nariz. Casi todo el mundo odia su nariz si ésta no es perfecta, pequeña y envidiable.
¿Qué dice la ciencia? Las personas con una nariz grande son más saludables. La razón es simple: una gran nariz protege más a la persona de bacterias e infecciones. Investigadores llegaron a esta conclusión tras fabricar una nariz falsa de más de 2 veces el tamaño promedio. Esto probó que la enorme nariz inhaló un porcentaje menor de partículas en el aire.
#2 Los debiluchos
Todos los que no tuvieron la suerte de ser dotados de un cuerpo esbelto y musculoso probablemente hayan conocido la escasa aprobación que este tipo de físico recibe entre el sexo opuesto, siempre inclinado a elegir al mariscal de campo del equipo de secundaria en lugar del nerd, como nos enseñó Hollywood.
¿Qué dice la ciencia? Las mujeres prefieren a los hombres debiluchos, o, al menos, lo hacen durante tiempos de recesión económica. Ustedes se preguntarán qué relación puede guardar este tipo de cuestiones económicas globales con los gustos en las mujeres. Pues estudios realizados entre chicas de una universidad demostraron que, si bien en condiciones normales éstas preferirían al típico “macho alfa” como pareja, en tiempos difíciles o atravesando dificultades económicas prefieren los debiluchos debido a que es menos probable que estos abandonen a su chica.
#1 Los tristes y melancólicos
Para ser una persona agradable y querida por los demás, es necesario enfrentar la vida con una actitud alegre y positiva. Nadie quiere ser el chico triste, pensativo y solitario.
¿Qué dice la ciencia? Las personas alegres mueren más jóvenes.
En uno de los estudios científicos más grandes y ambiciosos que se han hecho, investigadores siguieron de cerca la vida de varios niños nacidos en la década de 1920, durante toda su existencia y hasta su muerte. A pesar de que todos sabían que estaban formando parte de una investigación científica, mantuvieron una vida normal y corriente, mientras que todos los participantes demostraban todo tipo de personalidades y comportamientos.
Algunos de ellos eran alegres, de buen humor y populares en la escuela, mientras otros eran más reservados, tímidos o directamente aburridos. Los resultados compilados en 2011, probaron que todos los que habían sido calificados como “alegres” murieron más jóvenes que los demás.
Una posible explicación es que las personas alegres y de buen humor tienden a vivir de manera más desenfadada y libre, con estilos de vida tal vez no del todo saludables, mientras que los más reservados o melancólicos no suelen tomar decisiones de vida riesgosas y se mueven en un terreno más seguro y confiable.
Fuente: Ojo Científico