Existe la creencia popular de que el agua engorda si se toma durante las comidas, ya que provoca retención de líquidosl, pero en el libro “Comer o no comer. Falsedades y mitos en la alimentación” , el periodista Antonio Ortí, y las expertas en nutrición Ana Palencia y Raquel Bernacer , entrevistados por el periódico El Confidencial, explican que no tiene ningún sentido que le atribuyamos propiedades adelganzantes o engordantes al agua.
El agua tiene cero calorías tomada al principio, durante o al final de la comida, por más que circulen teorías”, señalan.
Indican que beber agua no provoca retención de líquidos, sino al contrario, estimula el funcionamiento de los riñones y contribuye a un buen equilibrio hídrico.
Las llamadas dietas disociadas no permiten beber agua cuando se ingieren hidratos de carbono, ya que, dicen, “dificulta la digestión” (¡el agua!) y lleva a que las papas, el pan, el arroz y otros alimentos ricos en carbohidratos engorden más. Pero hay que insistir en que el agua no aumenta el valor calórico de ningún alimento.
Estudios al respecto.
En todo caso, beber agua justo antes de una comida puede engañar al estómago y llevar a comer menos. De hecho, un ensayo clínico publicado en 2010 partiendo de esta hipótesis que fue presentado en la American Chemical Society en Boston concluyó que quienes bebieron dos vasos de agua de doscientos treinta mililitros justo antes de una comida consumieron entre setenta y cinco y noventa calorías menos durante esa comida (una cifra, en realidad, muy modesta).
En cuanto a las necesidades diarias, son muy difíciles de evaluar por depender de muchos factores. Unos autores aconsejan beber un mililitro por cada caloría ingerida; otros prefieren relacionarlas con el peso y hablan de cuarenta o cincuenta mililitros por kilo en adultos y cifras mucho mayores en lactantes y niños.
Normalmente, se necesitan entre dos y tres litros al día, pero esto no significa que haya que beber esos dos litros. Lo normal es beber entre un litro y un litro y medio, y completar el resto con el agua que contienen los alimentos.