Guacamole, una salsa fácil y sana

Lo podemos encontrar en las estanterías de muchos supermercados, en la zona donde están las verduras, pero hacer guacamole casero no tiene mucha complicación, puesto que se trata de una receta fácil de hacer que podemos ir modificándola según nos apetezca o según sean nuestros comensales.

Si tenemos niños podemos evitar utilizar picante; si, por el contrario, lo queremos hacer para un aperitivo de una comida o cena con nuestros amigos, podemos darle un toque más especial.

Los ingredientes estándar son los aguacates, pimiento verde, cilantro, cebolla o cebolleta y zumo de limón o de lima. También podemos utilizar jalapeños o guindillas, tomate, tabasco y ajo; estos últimos dan un sabor mucho más fuerte a la salsa.

Guacamole. Si tenemos un mortero es mejor utilizarlo, puesto que da una textura mucho más auténtica. Así, ponemos en este recipiente los aguacates pelados en trozos, junto con la cebolleta y el pimiento verde cortado todo muy finito, para que cuando lo majemos sea más fácil. Una vez que lo tenemos todo, procedemos a triturarlo hasta alcanzar una masa compacta. Durante este proceso deberemos ir añadiendo poco a poco el cilantro y el zumo de limón. No nos olvidemos de poner un poco de sal.

Por el contrario, si queremos obtener una pasta más regular, podemos sustituir el mortero por la batidora, de esta forma, no nos encontraremos pequeños trocitos de aguacate o de cebolla al comerlo. Esta opción puede ser mejor si se lo vamos a dar a niños pequeños, que lo comen mejor.

Si optamos porque nuestro guacamole tenga un sabor más “mexicano” podemos optar por añadir jalapeños o guindillas. Eso sí, con cuidado de no pasarnos, ya que puede arruinarlo.

Una vez que tengamos hecha la pasta, la ponemos en pequeños recipientes que acompañamos de pequeños triángulos de tortas de maíz.

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