La limonada es una bebida muy refrescante que gusta a todos; a niños y a mayores: Se puede tomar a todas horas, preferiblemente a la merienda o a la cena, sobre todo si queremos evitar el alcohol y refrescarnos con una bebida que nos deje un buen sabor de boca.
Además de la limonada clásica y tradicional, podemos hacer variaciones introduciendo algunos elementos que casan bien con el ingrediente principal: el zumo de limón. Por eso, no debemos escatimar ni en el número de limones que vamos a necesitar, ni en la calidad del fruto, cuanto mejor sean, más rica nos quedará nuestra limonada.
La proporción más o menos entre los limones y el agua es de cuatro limones por cada litro de agua y un par de cucharadas de azúcar, que la podemos sustituir por miel. En este caso, se recomienda disolverla antes en un poco de agua caliente y luego mezclarla con el zumo de limón.
Seniors bebiendo limonadaSi queremos dar un toque divertido y diferente a nuestra limonada podemos utilizar varias frutas cuyo sabor no interfiere con el del limón.
Así, si añadimos a la limonada tradicional unas fresas, conseguimos una bebida diferente; resultado que también podemos obtener si ponemos sandía, mango, melocotón, uvas, cerezas o cualquier fruta de temporada que tengamos a mano. No hace falta pensar mucho, podemos improvisar y utilizar lo que tengamos en la nevera.
En ocasiones es una buena oportunidad para aprovechar esa fruta que tiene un pequeño toquecito y que se está empezando a estropear. Si la añadimos a la limonada es otra forma de tomar vitaminas e hidratarnos.
Si queremos mantenerlos fiel a los sabores, podemos hacer cubitos de hielo con la limonada y servirlos en vasos de agua adornándolos con un poco de hierbabuena. Además de ser refrescante, queda una bebida muy vistosa y apetecible.
