Un grupo de expertos hicieron investigaciones analizando las costumbres alimenticias de 1.500 personas durante 20 años.
De sus resultados se deduce una advertencia: cuando las personas, sobrepasada la mediana edad, consumen en exceso alimentos con grasa saturada de animales, las células nerviosas de sus cerebros se veían afectadas.
El peligro de padecer la enfermedad de demencia senil puede aumentar hasta un 50 por ciento. Sin embargo, si durante este período, se consumen alimentos con grasas no saturadas tales como pescados y aceite de oliva, este peligro disminuye mucho. Por eso, los investigadores creen que, a partir de la mediana edad, las personas deben disminuir el consumo de alimentos con exceso de grasas saturadas, como leche y mantequilla, entre otros.