Poner miel a las heridas ayuda a curarlas más rápido y detiene el crecimiento de bacterias

Está médicamente comprobado que poner miel a las heridas ayuda a curarlas más rápido y detiene el crecimiento de bacterias, ya que un estudio reciente llevado a cabo en el hospital Centre Hospitalier (CHU) de Limoges, Francia, ha demostrado que los vendajes con miel ayudan a reducir enormemente el tiempo de cicatrización de las heridas. Ghislaine Pautard, enfermera en el área de investigación del mencionado centro, nos da los detalles.

“Empezamos a utilizar la miel en el Servicio de cirugía visceral y trasplantes en 1984, bajo el impulso del cirujano Bernard Descottes, entonces jefe del servicio”, cuenta Pautard. Descottes, fallecido en 2009, había leído trabajos realizados en el extranjero sobre los poderes de cicatrización de la miel.

“En aquella época teníamos pocos productos cicatrizantes que fueran efectivos”, precisa la enfermera. El cirujano propuso a su equipo hacer investigaciones bibliográficas sobre el tema y observar los efectos de aplicar vendas de miel a los pacientes. Comenzaba la aventura.

Un estudio comparativo a doble ciego –los individuos de ambos grupos no saben si han recibido el medicamento nuevo o uno ya conocido– realizado en 1998 demostró que, sobre tres tipos de heridas, la velocidad de cicatrización fue casi dos veces más rápida con la miel que con otros dispositivos médicos conocidos. “Desde 1984 hasta hoy, más de 300 pacientes se han beneficiado de las vendas de miel en nuestro servicio”, agrega la enfermera.

¿Por qué la miel tiene poder cicatrizante?

“Sabemos que la miel posee propiedades antibacterianas vinculadas a su osmolalidad y a la producción de agua oxigenada. La glucosa-oxidasa, enzima secretada por las glándulas hipofaríngeas de la abeja, transforma la glucosa presente en el néctar en ácido glucónico, lo que resulta en liberación de agua oxigenada”, explica Pautard.

“En cambio, aún ignoramos lo que sucede en las heridas”, agrega. Un grupo de investigación, compuesto por investigadores de diferentes centros de Limoges, están estudiando la fisiología de la cicatrización con miel, pero todavía no han revelado sus descubrimientos.

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