La cebolla y sus propiedades

La cebolla es una liliácea, el secreto de sus propiedades marcadamente curativas y nutritivas se deriva de lo que hace su sabor peculiar, el disuluro alipropio. 

Originaria de Irán, antigua Persia, fue una de las plantas más conocidas desde tiempos remotos, fue particularmente apreciada por los médicos e investigadores de la naturaleza por sus propiedades medicinales 

La cebolla contiene carbohidratos, fibra, proteína, grasa, cenizas, celulosa, agua, calorías, vitamina A,B1,C,E,PP, Sales minerales como el aluminio, azufre, bOro, bromo, calcio, cloro, cobre, fosforo, hierro, magnesio, potasio, sílice, sodio, yodo, etc. 

La cebolla, vegetal íntimamente relacionado con el ajo, es una liliácea de amplia aplicación a nivel culinario y medicinal. Así ha sido desde tiempo muy remoto. 

Pueblos antiquísimos, como los caldeos y los egipcios, le atribuían poderes sagrados y como tal veneraban. También le reconocían importantes propiedades terapéuticas a nivel de la vejiga y los riñones. 

Actualmente, además de sus bien comprobados beneficios como alimento debido a su contenido de sales minerales, vitaminas y fibras, la cebolla sigue siendo un producto natural de gran aplicación terapéutica. En este campo, sus usos son como expectorante, calmante; emoliente y factor estimulante de la función renal. Es igualmente de gran ayuda en los casos de ingestión, estreñimiento, infecciones intestinales, sabañones resfriados, hemorroides, lombrices y picaduras de insectos y alimañas. Por último, tenemos que es excelente como diurético y para eliminar callosidades, etc. 

Algunas maneras de consumo de la cebolla con finalidad terapéutica: 

Cebolla cruda. Tal como la consideran todos los especialistas. Esta cruda llega a la sangre, destruye y aniquila la materia purulenta, microbios y bacterias que se han depositado en ella, pero para tener efecto microbicida y desinfectante se ha de comer la máxima cantidad posible, en estado sano y crudo. Cocida, también posee muy buenas virtudes medicinales, pero no tanto como cuando esta cruda. 

Cebolla en infusión: modalidad excelente para quienes se resisten a comer cebolla cruda. Se prepara con la técnica tradicional de las infusiones (agua y cebolla) y se puede endulzar con un poco de azúcar o mezclar con limón. 

Cebolla en elixir: es ideal para tratar dolencias el aparato urinario, así como en los casos e hidropesía. Este elixir se prepara e una manera fácil: 150 gramos de cebolla fresca, triturada y miel suficiente. Se deja extractar durante toda una noche y la mañana siguiente se añaden 300 cc e vino blanco seco. Se filtra. 3 veces al día, una en ayunas y las demás al medio día y al acostarse. 

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