Estas son las estimaciones que hacen los investigadores en oncología sobre la relación entre el cáncer y la nutrición, un factor determinante en la aparición de algunos tumores, como el de colon y próstata, tal y como han evidenciado algunos estudios.
Sobre estos estudios ha hablado hoy el doctor Antonio Agudo, investigador del Programa de Investigacion en Epidemiología del Cáncer del ICO (Instituto Catalán de Oncología), en un acto organizado por la Fundación Sandra Ibarra, en la antesala del Día Nacional de la Nutrición.
Uno de los alimentos especialmente importante en la prevención del cáncer de colon y próstata, el que se da con más frecuencia si sumamos los casos de hombres y mujeres, es el tomate. Y lo es porque es muy rico en una sustancia que se conoce como licopeno, que es la que proporciona a los tomates su color rojo característico.
Pero, en general, se puede decir, según Agudo, que las dietas ricas y variadas en vegetales, frutas y verduras son protectoras de una buena cantidad de tumores, como lo son también los alimentos ricos en fibras, aunque no de tantos cánceres.
“Una dieta que sea lo más natural posible, que los alimentos y que la forma de preparación y cocinarlos no sean muy elaborados, que tenga un componente importante de productos de origen vegetal y ricos en fibra, y que además sea variada, en general tiende a resultar beneficiosa”, ha afirmado el doctor.
Estudios experimentales en animales también apuntan a la soja, rica en estrógenos vegetales, como una sustancia protectora del cáncer de mama, pero los realizados en los humanos no han sido hasta el momento concluyentes en este sentido.
Los estudios desarrollados en poblaciones asiáticas, que tienen un consumo muy elevado de soja, sí han señalado a esta sustancia como protectora del cáncer de mama, pero ese efecto no se ha apreciado en los que se han hecho en los países occidentales, con lo que el doctor considera necesario seguir investigando.
Respecto al cáncer de mama, el más frecuente entre las mujeres, según Agudo, no existe un conocimiento tan afinado, como el de colon o próstata, sobre el tipo de alimentos que lo pueden prevenir.
No obstante, sí se sabe a ciencia cierta, por que así lo han señalado diversos estudios, es que el alcohol es un factor de riesgo y lo es en tal medida que se puede decir que por cada diez gramos de ingesta de etanol puro se incrementa el riesgo de padecer un cáncer de mama en un diez por ciento.
Otro factor de riesgo es la obesidad, el ganar peso en la menopausia, de tal forma que por cada cinco puntos de ganancia del índice de masa corporal la probabilidad de padecer un cáncer de mama se incrementa entre un 9 y un 12 por ciento.
Por ello, un protector de este cáncer es la actividad física, y que se realice de forma regular.
Hay otros factores que influyen en la aparición del cáncer de mama, pero no hay evidencias sobre ellos, sólo sospechas y una de ellas, según el especialista, es que el patrón de la dieta mediterránea y el aceite de oliva, encabezándola, es uno de sus elementos protectores.
Lo que parece estar claro es que un consumo excesivo de carne puede acabar siendo un elemento de riesgo para la aparición del cáncer aunque tampoco se puede decir que “tomar carne es cancerígeno”. “Pero comerlo en exceso incrementa la probabilidad de desarrollar un cáncer, sobre todo de colon”, precisa.
Para hacer un análisis más profundo de esta cuestión, la Fundación Sandra Ibarra ha presentado la primera beca de investigación en nutrición y cáncer de mama.
Una beca, patrocinada por Philips Ibérica, con la que, según la modelo, que ha superado en dos ocasiones la leucemia, se intentará profundizar sobre el papel de la nutrición como factor de prevención y la importancia de una dieta saludable.