APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. -El ajo es una de las especias más utilizadas y valoradas en el mundo, emparentada con la cebolla, el puerro y la cebolleta. Desde la antigüedad, distintas culturas han reconocido sus múltiples beneficios para la salud, lo que explica por qué sigue siendo un alimento fundamental en la dieta diaria de muchas personas.
Históricamente, el ajo ha sido apreciado por sus propiedades para apoyar el sistema inmunológico y ayudar al organismo a enfrentar infecciones. Diversos estudios han señalado que contiene compuestos con acción antibacteriana, antiviral y antifúngica, lo que lo convierte en un aliado natural frente a distintos microorganismos. Tradicionalmente, incluso, se ha utilizado de forma tópica para afecciones cutáneas causadas por bacterias, hongos o levaduras.
La investigación científica también ha analizado su efecto frente a otros agentes infecciosos, como ciertos hongos y parásitos. Uno de los compuestos más estudiados del ajo es el ajoeno, al que se le atribuye un posible papel en la prevención del crecimiento de la levadura Candida albicans, siempre como complemento y no sustituto de tratamientos médicos.
Otros estudios experimentales han observado que el ajo machacado podría ayudar a inhibir el crecimiento de bacterias como Pseudomonas aeruginosa, un patógeno frecuente en pacientes con quemaduras, lo que ha despertado interés en su potencial uso preventivo.
Además, el ajo es una fuente importante de vitamina C y otros antioxidantes, por lo que se le asocia con un efecto protector general para la salud. Investigaciones preliminares lo han vinculado con la reducción del riesgo de ciertos tipos de cáncer, aunque los especialistas subrayan que estos efectos no sustituyen la prevención médica ni los tratamientos clínicos.
Gracias a su contenido de potasio y otros nutrientes, el ajo también puede contribuir a una mejor absorción de minerales esenciales y al buen funcionamiento del sistema digestivo. Tradicionalmente se ha utilizado para aliviar molestias respiratorias y de garganta, ya que sus compuestos sulfurados pueden favorecer la limpieza de las vías respiratorias en casos de resfriados y tos.
En conclusión, el ajo es un alimento con amplias propiedades nutricionales y funcionales que, incorporado de manera equilibrada en la dieta, puede apoyar la salud general, siempre como complemento de hábitos saludables y bajo orientación médica cuando sea necesario.
