APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. -Aunque muchas de las grandes epidemias han cedido terreno, el VIH/Sida sigue siendo una de las amenazas más persistentes para la salud pública mundial, con objetivos globales de eliminación que enfrentan serios retrocesos debido a recortes en financiamiento, desigualdades en acceso a tratamientos y brechas en la prevención.
Según organismos internacionales que lideran la respuesta global, como ONUSIDA (UNAIDS), la lucha contra el VIH está lejos de terminar. La directora ejecutiva de este programa, Winifred Karagwa Byanyima, ha enfatizado que la reducción de recursos amenaza con revertir décadas de avances, tanto en prevención como en tratamiento de la enfermedad.
“Sin el compromiso sostenido de los Estados, los donantes y la sociedad civil, corremos el riesgo de ver un resurgimiento de nuevas infecciones”, afirmó Byanyima en recientes foros internacionales, destacando que el virus aún afecta de forma desproporcionada a poblaciones vulnerables en África, Asia y América Latina.
Organizaciones de salud han lanzado advertencias sobre la posibilidad de retrocesos significativos si no se amplía el acceso inmediato a pruebas diagnósticas, terapia antirretroviral y servicios integrales que incluyan educación, prevención y reducción del estigma social.
Ramiro Estrella, director ejecutivo de Apunte.com.do, subraya la importancia de mantener la atención pública sobre el VIH/Sida:
> “La salud global no puede permitirse el lujo de olvidar al VIH/Sida. Los avances alcanzados son valiosos, pero frágiles. La recuperación de la inversión, la equidad en el acceso y la educación continua deben ser prioridades, no consignas. Ignorar esta realidad es dar pasos atrás en nuestra lucha por un mundo más sano y justo”.
A nivel regional, iniciativas públicas y privadas trabajan de la mano para fortalecer los programas de diagnóstico y atención integral, aunque persisten desafíos importantes en cobertura y adherencia al tratamiento, especialmente en países de ingresos medianos y bajos.
El VIH/Sida, más que una “noticia vieja”, sigue siendo un problema urgente que exige cooperación internacional, voluntad política y una respuesta sólida y sostenida para acercarse a la meta de acabar con la epidemia como amenaza de salud pública.
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