El médico y autor de ‘Comer para no morir’ revela cómo la alimentación basada en plantas prolonga la vida y reduce enfermedades.
Ramiro Estrella / Apunte.com.do – Redacción Especial en Salud y Bienestar: ¿Se puede frenar el envejecimiento a través de la alimentación? El doctor Michael Greger, médico, investigador y autor del best seller Comer para no morir, asegura que sí. De acuerdo con este renombrado especialista en nutrición basada en evidencias, la clave para mantenernos jóvenes y saludables no está en costosos suplementos ni en complicados procedimientos médicos, sino en lo que colocamos cada día en nuestro plato.
Greger, miembro fundador de NutritionFacts.org, una organización sin fines de lucro que analiza la investigación científica sobre alimentación y hábitos de vida, insiste en que muchos de los achaques que asumimos como inevitables —la hipertensión, la inflamación crónica, la diabetes e incluso ciertos tipos de cáncer— pueden prevenirse e incluso revertirse con una dieta basada en plantas.
“La comida es nuestro aliado para mantenernos jóvenes”, señala el médico en una de sus conferencias recientes, donde expone que cada alimento contribuye a nuestro mapa genético y a la velocidad a la que nuestro cuerpo envejece. Según Greger, productos como los vegetales de hoja verde, las frutas del bosque, las legumbres y los granos integrales poseen antioxidantes, fibra y fitonutrientes que ayudan a neutralizar los radicales libres y a reducir la inflamación, factores clave en el deterioro prematuro de las células.
Uno de los principios básicos que recomienda el doctor Greger es la adopción de una dieta basada en plantas (entera y mínimamente procesada), rica en colores naturales y variada en nutrientes. Afirma que estos alimentos fortalecen nuestro sistema inmunológico y ayudan al organismo a reparar daños internos antes de que conduzcan a enfermedades degenerativas.
Greger también destaca otros hábitos complementarios para frenar el envejecimiento, como la hidratación adecuada, la práctica regular de ejercicios y la calidad del sueño. Sin embargo, es claro al subrayar que nada de esto funciona sin darle prioridad a la alimentación:
“Podemos invertir en la última crema antienvejecimiento, pero si nuestro plato sigue lleno de grasas saturadas y azúcares refinados, estamos perdiendo la batalla desde adentro”, advierte.
Sus conclusiones, plasmadas en libros, conferencias y estudios, han inspirado a miles de personas alrededor del mundo para cambiar su relación con la comida. El mensaje central es claro y esperanzador: cada elección en la mesa es una inversión en la calidad y duración de la vida.
El reto para muchos sigue siendo cambiar hábitos arraigados. No obstante, el doctor Greger asegura que nunca es tarde para darle al organismo la oportunidad de regenerarse. A través de una alimentación basada en frutas, vegetales, granos integrales y legumbres, no solo ganamos vitalidad, sino que sembramos la semilla para envejecer con dignidad y plenitud.
Así, la ciencia respalda cada día con más fuerza esta premisa simple pero poderosa: para frenar el paso de los años, primero hay que cambiar lo que llega al plato.
--------------------------------------------
Alimentos contra el reloj: la fórmula del doctor Greger para frenar el envejecimiento
Ramiro Estrella / Apunte.com.do – Redacción Especial en Salud y Bienestar: ¿Se puede retrasar el envejecimiento a través de la alimentación? El doctor Michael Greger, médico, investigador y autor de best sellers como Comer para no morir, asegura que sí. De acuerdo con este renombrado especialista en nutrición basada en evidencias, la clave para mantenernos jóvenes y saludables no está en costosos suplementos ni en complicados procedimientos médicos, sino en lo que colocamos a diario en nuestro plato.
Greger, miembro fundador de NutritionFacts.org, una organización sin fines de lucro que analiza la investigación científica sobre alimentación y hábitos de vida, insiste en que muchos de los achaques que asumimos como inevitables —la hipertensión, la inflamación crónica, la diabetes e incluso ciertos tipos de cáncer— pueden prevenirse e incluso revertirse con una dieta basada en plantas.
“La comida es nuestro aliado para mantenernos jóvenes”, señala el médico en una de sus conferencias más recientes, donde expone que cada alimento contribuye a nuestro mapa genético y a la velocidad en que nuestro cuerpo envejece. Según Greger, productos como los vegetales de hoja verde, las frutas del bosque, las legumbres y los granos integrales poseen antioxidantes, fibra y fitonutrientes que ayudan a neutralizar radicales libres y reducir la inflamación, factores clave en el deterioro prematuro de las células.
Uno de los principios básicos que recomienda el doctor Greger es la adopción de una dieta basada en plantas (entera y mínimamente procesada), rica en colores naturales y variada en nutrientes. Afirma que estos alimentos fortalecen nuestro sistema inmunológico y ayudan al organismo a reparar daños internos antes de que conduzcan a enfermedades degenerativas.
El médico también destaca otros hábitos complementarios para frenar el envejecimiento, como la hidratación adecuada, la práctica regular de ejercicios y la calidad del sueño. Sin embargo, Greger es claro al subrayar que nada de esto funciona sin darle prioridad a la alimentación: “Podemos invertir en la última crema antienvejecimiento, pero si nuestro plato sigue lleno de grasas saturadas y azúcares refinados, estamos perdiendo la batalla desde adentro”.
Sus conclusiones, plasmadas en libros, conferencias y estudios, han inspirado a miles de personas alrededor del mundo para cambiar su relación con la comida. El mensaje central es claro y esperanzador: cada elección en la mesa es una inversión en la calidad y duración de la vida.
El reto para muchos sigue siendo cambiar hábitos arraigados. No obstante, el doctor Greger asegura que nunca es tarde para darle a nuestro organismo la oportunidad de regenerarse. A través de una alimentación basada en frutas, vegetales, granos integrales y legumbres, no solo ganamos en vitalidad, sino que estamos sembrando la semilla para envejecer con dignidad y plenitud.
Así, la ciencia respalda cada día con mayor fuerza esta premisa simple pero poderosa: para frenar el paso de los años, primero hay que cambiar lo que llega al plato.