El mineralograma es un estudio no invasivo especializado (y de última generación) destinado a diagnosticar cómo se encuentra el estado de los minerales y oligoelementos en nuestro cuerpo y, a partir de ello, proceder con las terapias pertinentes para devolver el equilibrio interno, la nutrición y la revitalización celular, generando rejuvenecimiento y vitalidad en el paciente.
Investigaciones efectuadas durante décadas en Estados Unidos, Canadá y Europa han demostrado que el desequilibrio entre minerales provoca gran variedad de síntomas a nivel orgánico y psicológico.
Este análisis del cabello, vello pubiano o uñas evidencia la carencia o los excesos en los tejidos de minerales y de metales tóxicos. Para llevar a cabo este análisis se elige una zona del pelo que no haya sido sometido a cortes, lavados o teñidos. En general, se escogen ejemplares del área del pubis.
Además, este estudio determina cómo es el metabolismo del paciente, indica la cantidad exacta de cada elemento (con el grado de normalidad/anormalidad del mismo) y las relaciones entre los elementos para conocer las diferentes tendencias del paciente a generar determinadas patologías.
Con toda esta información disponible, el médico puede determinar qué suplementos debe administrarle al paciente, analizar la dieta que le corresponde y determinar qué dosis de minerales es la que realmente se requiere.
El pelo bajo la lupa
Las investigaciones han demostrado que el pelo, más que la sangre o la orina, refleja claramente los minerales que el cuerpo está acumulando, particularmente en casos de exposición a metales tóxicos.
El pelo es el segundo tejido metabólicamente más activo en el cuerpo -segundo después de la médula espinal- y los elementos indicados en particular pueden estar acumulados en él en concentraciones que son 10 a 50 veces más altas que los porcentajes presentes en la sangre u orina. Ciertos niveles de minerales en la sangre, por ejemplo el calcio o el hierro, pueden muchas veces no reflejar el verdadero estado del nutriente porque la sangre está siempre expuesta a cambios significativos en estas concentraciones. Mientras un análisis químico de sangre u orina identifica el nivel específico de los elementos de ese momento, el análisis del cabello mide la disposición de los elementos en un promedio que sobrepasa un período de 3 meses por lo cual permite determinar una apropiada tendencia metabólica.
Los minerales, en foco
El cabello es un tejido excretorio para elementos potencialmente tóxicos. En general, lo encontrado en su estudio es proporcional a los niveles que se pueden encontrar en otros tejidos corporales.
Los elementos especialmente tóxicos son cadmio, plomo, níquel y plata: todos están muy relacionados con desórdenes patológicos. Veamos uno por uno.
Cadmio. Es un metal pesado tóxico que está asociado a la hipertensión. Afecta el funcionamiento de riñones, pulmones, paredes arteriales y huesos, además de interferir con muchas reacciones enzimáticas. El exceso crónico lleva a importantes anemias, proteinurias y deficiencia de Zinc.
Plomo. Provoca una intoxicación con efectos nefrotóxicos y neurotóxicos e interfiere en la síntesis de hemoglobina. Inhibe el uso corporal del Calcio, el Magnesio y el Zinc. Tiene efectos adversos sobre la memoria y sus síntomas, además, son vagos. Produce disminución de la coordinación, memoria insuficiente, fatiga importante, pérdida de peso, entre otras cosas.
Níquel. Es un elemento esencial requerido en montos extremadamente bajos. Sin embargo, sus excesos traen importantes trastornos a nivel renal y es altamente cancerígeno. También, a largo plazo, puede provocar necrosis en hígado. El cigarrillo es una gran fuente de exposición al Níquel.
Plata. Su intoxicación está muy ligada a comidas de mar, industrias químicas y metalúrgicas, procesos fotográficos y plantas de pólvora, entre otras. Son conocidas las propiedades bactericidas de la plata y, además, reconocidas sus particularidades en el tratamiento de quemaduras. Aún así, existe controversia por su uso a largo plazo, al aumentar la estadística de tumores en el hígado y en el bazo.
Prevenir es la clave
El mineralograma permite detectar diferentes problemas para tomar decisiones y prevenir.
-Calvicie. Si bien la calvicie está vinculada a los estados hormonales y a la genética, está relacionada con la falta de Selenio y Zinc en la alimentación, además de estar asociada a un exceso de Cadmio por la contaminación ambiental.
-Insomnio. E stá vinculado con altos niveles de Plomo y Magnesio, como así también a bajos niveles de Calcio.
-Alteraciones de la memoria. Este tipo de alteraciones están asociadas a bajos niveles de Litio, Selenio y Cromo, además de altos niveles de Cadmio, Aluminio y Hierro.
-Artrosis. Está asociada a bajos niveles de Selenio y altos valores de Cadmio.
-Ansiedad. Está relacionada con bajos niveles de Magnesio en la alimentación, además de una intoxicación con plomo de aluminio que se encuentra en el aire.
Asesoró: Dra. Laura Szafirstein, médica dermatóloga.