Cenar tarde y no desayunar, es el camino más rápido para morir de un infarto
Las enfermedades cardiovasculares afectan a miles de personas en el mundo, la cual sin darnos cuenta estaría provocado por nosotros mismos al no tener una adecuada alimentación.
Pero, ¿de qué se trata este mal hábito alimenticio?
De acuerdo a un estudio científico publicado en la revista científica European Journal of Preventive Cardiology, (perteneciente a la Sociedad Europea de Cardiología) y compartido en el portal TN, sostiene que saltearse el desayuno cenar demasiado tarde provoca que las personas que ya tuvieron un evento coronario aumentan el peligro de repetir una enfermedad cardíaca.
Si, así como lo lees. Las personas que combinan los dos hábitos alimenticios de cenar justo antes de ir a dormir y no tomar desayuno tiene cuatro a cinco veces más probabilidades de morir, de sufrir otro ataque cardíaco (si ya tuvieron uno) o de desarrollar una angina de pecho dentro de los 30 días de haber sido dada de alta luego de un infarto.
Para llegar a esta conclusión investigadores del estudio científico estudiaron a 113 pacientes que pudieron superar el infarto, y todos fueron consultado acerca de sus costumbres alimenticias al momento de ser hospitalizados.
“Nuestra investigación demuestra que las dos conductas –no desayunar (entendido como la no ingesta de alimentos hasta el mediodía, al menos tres veces a la semana) y cenar tarde (dentro de las dos horas antes de ir a dormir)– están asociadas de forma independiente con peores resultados en caso de producirse una enfermedad cardíaca. Si las combinamos, la situación es aún peor”, explicó Marcos Minicucci, uno de los autores del artículo.
Mientras que, el investigador expuso que existen varias razones por las que las personas cenan a altas horas de la noche y una de ellas es que trabajan hasta tarde, lo cual hace que al día siguiente se sientan llenos y no tomen desayuno.
Sobre ello, el experto aconsejó cenar como mínimo dos horas antes de irse a la cama. “Se dice que el mejor estilo de vida es desayunar como un rey. Para esto es preciso tener productos lácteos (leche descremada, yogur y queso), carbohidratos (pan, cereales) y frutas. Debería representar del 15 al 35% de las calorías diarias”, explicó.