Seguir los horarios que le indica ayuda a prevenir enfermedades como la hipertensión y la diabetes.
Los horarios son parte esencial de la vida. No solo ayudan a programar las actividades diarias, sino a darle un orden al hecho mismo de existir en un mundo cada vez más agitado.
Ese reloj que marca la hora para levantarse, ir a trabajar y hacer pausas en el día para comer, también acompaña internamente al ser humano con el propósito de regular sus funciones vitales.
Con la luz del día, por ejemplo, ordena la producción de cortisol, que es la hormona que ayuda a la gente a mantenerse despierta; del mismo modo induce la producción de melatonina para que pueda descansar y dormir.
Este reloj tiene un sitio en el cerebro, en el núcleo supraquiasmático, región del hipotálamo ubicada encima del quiasma (cruce de fibras que llevan la información del ojo). Gracias a él, el organismo no funciona igual todo el día.
“El reloj biológico está definido en buena parte por nuestra existencia en la Tierra –explica el neurólogo Miguel Dávila–. El hecho de que vivamos en este planeta hace que funcionemos con la alternancia de luz y oscuridad. La luz es el sincronizador externo más importante y, cuando aparece, tiende a despertarnos”.
Todas las células del cuerpo, principalmente las neuronas, se acoplan a ritmos cíclicos definidos en 24 horas. El cerebro, particularmente, está diseñado para funcionar de forma sincronizada con el día y la noche. Como es natural, es más activo en el día y más pasivo en la noche.
Sin embargo, hay fluctuaciones: se sabe, por ejemplo, que el punto máximo de actividad cerebral se encuentra al promediar la mañana, desciende un poco a las dos de la tarde, vuelve a subir alrededor de las seis para de nuevo decaer sobre las nueve de la noche. De ahí que entre las 9 y las 12 (por acción del cortisol) sea el mejor horario para pensar, memorizar y ser productivos. Y después de las 9 de la noche, sean las mejores horas para dormir (por acción de la melatonina).
Esto demuestra que estas y otras hormonas tienen ritmos circadianos y ultradianos. Según el endocrinólogo Iván Escobar, “la secreción de la hormona del crecimiento, por ejemplo, es mayor en las noches, cuando hay un sueño profundo, y las que estimulan los ovarios y los testículos se producen en mayor concentración en el día”.
Eso explica por qué los niños que duermen mal crecen poco y, en casos de infertilidad, se estudia la producción de hormonas durante el día.
El reloj biológico no solo interviene en el ciclo de día y de noche sino que regula y modifica los signos vitales: la frecuencia cardiaca se eleva desde la madrugada, lo mismo que la tensión arterial, al tiempo que baja la temperatura corporal. En ese momento, –explica el neurocientífico Alejandro Velásquez, profesor de la
Escuela de Medicina del Rosario– el cuerpo se despierta y coincidencialmente, cuando existen factores predisponentes, es la hora de los infartos y los problemas coronarios.
A esas horas también disminuye la producción de la hormona antidiurética, lo que hace que la gente experimente ganas de orinar tan pronto se levanta de la cama. De la misma forma se puede explicar la somnolencia después del almuerzo y la reactivación de la energía al final de la tarde.
Este reloj no solo activa las funciones macrobiológicas, sino que tiene incidencia en las células que gobiernan el metabolismo.
Los ritmos circadianos y su entendimiento condicionan no solo el bienestar, también beneficios desde el punto de vista médico. “Algunos medicamentos actúan mejor en unas horas y tienen menos eficacia en otras”, dijo a BBC Mundo Francis Levi, del hospital Paul Brousse en Villejuis, París (Francia).
Algunos analgésicos funcionan muy bien en la noche, al igual que ciertos medicamentos para reducir el colesterol y los triglicéridos, puntualiza Velásquez.
Efectos de dormir mal trabajar de noche se asocia con un mayor riesgo de desarrollar problemas de tipo metabólico como hipertensión y diabetes y males cardiovasculares.las personas que trasnochan también están más predispuestas a sufrir cáncer de mama.quienes duermen mal tienden a ser un poco más obesos en los turnos de noche, dado que la eficiencia es menor y los niveles de atención son mínimos por el cansancio, se presentan mayores riesgo de accidentes laborales.
Así funciona el cuerpo, según las horas del día
1. De 6 a 9 a. m.
Es buen momento para levantarse. Se interrumpe la producción de melatonina, la hormona del sueño. La producción de testosterona en los hombres se encuentra en su máximo nivel.
2. 9 a 12 a. m.9 a 12 a. m.
Hay mayor actividad mental y capacidad de pensar, memorizar y producir. El cortisol, hormona del estrés, está en su nivel máximo.
3. 12 a 3 p. m.
Bajan los niveles de alerta, aumenta la actividad gástrica y aparece la somnolencia. Hay mayor dilatación de los vasos sanguíneos del sistema digestivo y disminuye la circulación cerebral.
4. 3 a 6 p. m.
Aumenta la temperatura interna del cuerpo y mejoran las capacidades pulmonar y cardiovascular. Buen momento para ejercitarse.
5. 6 a 9 p. m.
Caen los niveles de cortisol y ascienden los de melatonina. Hay neurotransmisores que relajan el cuerpo y el hígado metaboliza mejor el alcohol.
6. 9 a 12 p. m.
Hay mayor concentración de melatonina, el cerebro disminuye su estado de alerta, estimula las funciones automáticas, el cuerpo se relaja y hay predisposición para el descanso.
Fuente: Estilo de Vida.