El desgarro del labrum de la cadera suele provocar dolor, rigidez e incluso pérdida del rango de movilidad. Te explicamos por qué ocurre y cómo se lo repara.
Desgarro del labrum de la cadera: causas, síntomas y tratamientos
El desgarro del labrum de la cadera es una patología bastante frecuente, sobre todo en personas deportistas. Por ejemplo, en bailarines de ballet, jugadores de fútbol y de hockey sobre hielo.
El labrum es un anillo cartilaginoso que se encuentra entre el fémur y la cadera. Recubre el borde exterior de la cavidad articular en cuestión. De esta manera, ayuda a sostener el hueso más largo del cuerpo en una posición adecuada.
Además de su frecuencia, esta lesión es importante porque suele requerir cirugía. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre el desgarro del labrum de la cadera y cómo evitarlo.
¿Qué es un desgarro del labrum de la cadera?
Antes de explicar en qué consiste el desgarro del labrum de la cadera, es importante comprender cómo es esta articulación. La cadera es una articulación con forma esférica. El acetábulo es una cavidad del hueso coxal en el la que se encaja la parte superior del fémur.
Esa parte, que tiene forma de bola redonda, recibe el nombre de cabeza femoral. En el borde de la cavidad de encaje existe un anillo de tejido cartilaginoso que es el labrum. Tal y como señala un artículo de Sports Medicine Oregon, esta estructura aumenta la estabilidad de la articulación.
Cuando se produce un desgarro del labrum de la cadera, lo que sucede es que dicho tejido cartilaginoso se daña. Por lo tanto, deja de ejercer adecuadamente su función. Una de las consecuencias es que la cabeza femoral pierde parte de su sujeción.
Hay muchas causas que pueden dar lugar a este problema, tanto agudas como crónicas. Por ejemplo, puede ser a consecuencia de un pinzamiento femoroacetabular o de la osteoartritis. Como hemos señalado, es más común en deportistas.
Síntomas relacionados
El desgarro del labrum de cadera, en ocasiones, cursa de forma asintomática. Sin embargo, tal y como señalan los especialistas de la Clínica Mayo, es común que aparezcan síntomas. Por ejemplo, dolor en la cadera que se extiende hacia la ingle.
Ese dolor empeora al caminar o al pasar mucho rato sentado o de pie. Algunos pacientes experimentan rigidez en la articulación de la cadera, como si el rango de movilidad estuviera limitado.
También es posible que la articulación cruja con ciertos movimientos de la pierna o que parezca bloqueada. El problema es que, si no se trata, puede dar lugar a complicaciones. Aumenta la posibilidad de padecer osteoartritis con el paso del tiempo.
Causas del desgarro del labrum de la cadera
Como hemos señalado a lo largo del artículo, el desgarro del labrum de la cadera es más común en deportistas. Lo cierto es que existen múltiples causas que pueden dar lugar a esta patología.
El hecho de que sea más común en ciertos deportes es que algunas actividades físicas se basan en movimientos repetitivos con la articulación de la cadera. Esos movimientos pueden desgastar de forma progresiva la articulación.
Los deportes como el golf o el hockey sobre hielo son factores de riesgo. Los de contacto también se asocian con frecuencia al desgarro del labrum. Por ejemplo, el fútbol americano.
Según explica un artículo del Hospital for Special Surgery, esta patología se puede deber a anomalías estructurales. Las enfermedades que se asocian son la osteoartritis y el pinzamiento femoroacetabular.
Este último consiste en un contacto anormal entre la cabeza femoral y la cavidad de la cadera. Puede deberse tanto a una malformación en el fémur como a una en el acetábulo. La cuestión es que dicho contacto hace que el labrum se desgaste con más rapidez.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del desgarro del labrum de la cadera puede resultar complejo. Es fundamental que el médico realice una exploración adecuada de la articulación. Para ello movilizará la pierna en diferentes posiciones.
No obstante, se suelen requerir ciertas pruebas complementarias para descartar otras lesiones. Una de las más empleadas es la radiografía. Mediante la imagen se puede observar si existe alguna fractura o anomalía ósea. Es de especial utilidad si ha habido un traumatismo.