Redacción Internacional.- ¿Escribes con letra fea? No te preocupes, un estudio cientifico comprobó que es una señal de inteligencia.
Científicos señalan que quienes tienen una letra poco estética presentan una característica diferente al resto de las personas, según un estudio publicado en la revista científica The American Journal y realizado por expertos de la Universidad de Illinois en Estados Unidos
La escritura a mano revela más información sobre la conexión que existe entre los procesos físicos y psicológicos que cualquier otro movimiento voluntario.
Según dicho estudio, las personas que tienen letra fea o mala, registran un mayor coeficiente intelectual en comparación con aquellos que tienen una letra bonita.
Se encontró que tener letra fea ayuda a priorizar la información que se está procesando a la destreza para anotarla rápidamente.
Este tipo de personas incluso recurren a abreviaciones al escribir y esto sucede porque su cerebro trabaja a mayor velocidad al procesar la información que sus manos.
De hecho, los alumnos que obtienen mejores calificaciones desde educación primaria hasta alcanzar la universidad suelen escribir los apuntes y exámenes con una letra descuidada en un texto poco elaborado.
Sin embargo, aunque no es perfecta, la ortografía de estas personas siempre es correcta, y para llegar a esta conclusión, los investigadores tomaron muestras de apuntes de niños y niñas con diferente coeficiente intelectual.
“Los niños con mala letra mostraban altas habilidades y agilidad mental sobre el promedio. Para ellos era más importante la información que obtenían que esforzarse por una buena letra”, indica Arnold L. Gessel, profesor de psicología en la Universidad de Yale.
La razón es que el cerebro trabaja más rápido que el cuerpo y en las personas con letra fea, esta característica es mayor.
En conclusión, tener letra fea o de patas de araña es señal de habilidades mentales superiores y mayor agilidad mental.
Cuando la letra llega a ser ilegible puede ser señal de algo más importante, como un trastorno de la capacidad o la facultad de escribir llamado digrafía.
Este trastorno afecta al sistema nervioso, particularmente a los circuitos neurológicos responsables de la capacidad de escribir o incluso, de copiar letras y números.
Las personas que lo sufren nacen con este padecimiento y normalmente se detecta en la infancia, a partir de los 8 años de edad, cuando el niño ya domina la habilidad de escribir y leer.
Aunque la disgrafía es considerada un trastorno, no entorpece el desarrollo intelectual y tampoco indica que el niño es menos inteligente que los demás. Puede ser un problema común incluso en niños que tienen buena comunicación oral.
Simplemente, no es fácil para la persona plasmar en papel lo que ha aprendido.
Sin embargo, puede tener problemas de rendimiento escolar debido a la dificultad para copiar tareas del pizarrón o seguir un dictado del profesor.
Fuente: Panorama.com