Muchos estudios han asociado el uso de aspirina con un menor riesgo de padecer distintos problemas de salud o un alivio de sus síntomas, desde cáncer de colon, a preeclampsia o alzhéimer.
Y ahora, dos nuevas investigaciones relacionan su consumo con menos probabilidades de desarrollar dos tipos de tumores: el cáncer de ovario y el cáncer de hígado.
Una de estas investigaciones, liderada por científicos de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard (EE.UU.), señalan que las mujeres que consumieron dosis bajas de aspirina (100 miligramos o menos) regularmente tenían un 23% menos riesgo de desarrollar cáncer de ovario en comparación con aquellas que no tomaban este fármaco habitualmente.
En el estudio se analizaron los datos de 205.498 mujeres que participaron en el 'Estudio de Salud de Enfermeras' y el 'Estudio de Salud de Enfermeras II', y de las que 1.054 desarrollaron cáncer de ovario a lo largo del seguimiento.
Los investigadores evaluaron el consumo de aspirina a dosis bajas, AINES sin aspirina y acetaminofeno, teniendo en cuenta la cantidad y frecuencia de consumo, y durante cuanto tiempo se habían tomado estos fármacos.
Las mujeres que consumieron dosis bajas de aspirina regularmente tenían un 23% menos riesgo de desarrollar cáncer de ovario
De acuerdo con los resultados, la ingesta reciente de aspirina a dosis bajas se relacionó con menor riesgo de cáncer de ovario, lo que no sucedió ni con la ingesta de dosis estándar (325 miligramos), ni con el consumo de otros AINES.
Los investigadores han atribuido estos efectos preventivos de la aspirina a que este medicamento disminuye la inflamación que se produce con la ovulación, ya que hay evidencias de que dicha inflamación influye en la aparición del cáncer de ovario.
Aspirina y menor riesgo de cáncer primario de hígado
El otro estudio, dirigido por un equipo de investigadores del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos), y publicado en JAMA Oncology, se ha basado en un análisis de los datos de salud de más de 133.300 personas (más de 45.800 mujeres y 87.500 hombres) registrados en dos estudios epidemiológicos a largo plazo (que se iniciaron en 1980), y ha revelado que la ingesta regular de aspirina puede disminuir las probabilidades de desarrollar cáncer primario de hígado o carcinoma hepatocelular (CHC).
Los participantes informaron si consumían aspirina regularmente, cuántas pastillas de dosis estándar (325 mg) tomaban cada semana, y durante cuánto tiempo lo habían hecho. Los autores del trabajo comprobaron que tomar dos o más tabletas a la semana de dosis estándar reducía un 49% el riesgo relativo de desarrollar CHC, y en las personas que consumieron aspirina durante cinco o más años, el riesgo de sufrir esta enfermedad disminuyó un 59%.
La reducción del riesgo fue menor en el caso de que se suspendiera el consumo de aspirina, y sus efectos preventivos desaparecieron al cabo de ocho años de suspender su consumo. Tracey Simon, autora principal del estudio, ha explicado que el hecho de que sea necesario tomar de forma prolongada el medicamento podría deberse a que el CHC tarda muchos años en crecer, y la aspirina podría retrasar o prevenir la inflamación o fibrosis hepática en la fase precancerosa, o en las primeras etapas de desarrollo del tumor.