Los remedios caseros se han usado desde la antigüedad para curar un sinfín de achaques.
Las abuelas son auténticas expertas en sacar el máximo provecho a ingredientes cotidianos y buscarle sorprendentes usos.
¿Sabías que el enjuague bucal cura hongos?
¿O que el azúcar ayuda a detener el hipo?
¿Y que la cinta adhesiva es buena para las verrugas?
ENTONCES toma nota
Los tomates curan el acné
Los tomates tienen una gran cantidad de vitaminas C y A, antioxidantes y nutrientes para la piel como el potasio, manganeso y el calcio, por lo que se pueden utilizar para tratar varias enfermedades. Su uso es especialmente beneficioso para mejorar la piel grasa y eliminar espinillas.
Para ello, basta con majar un tomate pequeño, extender la pulpa en la cara -a modo de mascarilla, se puede añadir un poco de miel que es hidratante- y deja reposar durante unos 20 minutos.
A continuación se debe lavar inmediatamente la zona con agua tibia y secar con un paño limpio.
Repetir este ritual de belleza una vez al día durante una semana contribuye a curar el acné. Y es que este fruto es un astringente natural que ayuda a refrescar la piel y tonificar los poros.
Además, sirve para controlar la grasa y le da más vida a la piel opaca, fomentando asimismo la regeneración celular.