El virus Nipah ha aparecido en la prensa generalista recientemente por un brote activo en Kerala, India, en el mes de mayo de 2018. Las noticias son alarmantes
Se trata de un virus que se conoce desde hace veinte años, cuando se descubrió en una aldea de Malasia. Desde entonces ha habido pequeños brotes en Bangladesh.
Pero, ¿debemos tenerle miedo?
Veamos en qué consiste y por qué no es tan probable que haya epidemias similares a las causadas por el virus del Ébola.
Los murciélagos de la fruta o zorros voladores son el reservorio del virus Nipah y los cerdos actúan como huésped intermedio.
El cambio del entorno con una deforestación creciente de su hábitat provocó el desplazamiento de los murciélagos a zonas suburbanas y urbanas para anidar en los árboles.
Se considera que el cambio climático está provocando también una expansión de las zonas geográficas apropiadas para las especies de murciélagos que son huéspedes del virus Nipah.
Los afectados por este virus suelen ser personas que trabajan en contacto con cerdos o bien que recolectan o consumen savia o dátiles de palmeras datileras contaminada por las heces o la orina de los murciélagos.
Por eso en algunos brotes la media de edad de los afectados es de 12 años, porque en estas zonas con frecuencia son niños y jóvenes los que suben a las palmeras para realizar las tareas de recolección.
El cuadro clínico que produce este virus suele ser extremadamente grave, con síntomas generales tipo pseudogripal que dan paso luego a problemas respiratorios y a una encefalitis aguda (inflamación del cerebro).
No hay tratamiento específico para esta enfermedad y a menudo los afectados no tienen acceso a unos cuidados sanitarios adecuados, lo que contribuye también a la alta tasa de mortalidad de esta infección.
A pesar de que las noticias sobre este virus son muy alarmantes, no parece que haya un claro riesgo de que se produzcan epidemias de grandes dimensiones por el virus Nipah por ser fundamentalmente zoonótico.
La Organización Mundial de la Salud apoya y asesora a los servicios de salud pública de los países afectados. Las medidas fundamentales para evitar nuevos brotes pasan por medidas de higiene universales, además del cuidado adecuado del ganado porcino.