Deja de creer que lo que pasa en tu vida es por culpa de la suerte, el destino, las fuerzas supernaturales, la gente maliciosa o cualquier otra cosa exterior a ti.
1. Deja de obsesionarte con la buena o la mala suerte
Los psicólogos llaman a esto el “lugar de control exterior”, y es un tipo de pensamiento negativo en el que las personas piensan que no pueden hacer nada personalmente para cambiar sus vidas.
Por culpa de esto nunca esperan que pase lo mejor, y sólo se concentran en intentar cambiar su suerte a través de supersticiones, rituales y amuletos, mientras sólo se quejan de qué tan desgraciados son.
Sin embargo, las personas exitosas hacen todo lo contrario: saben que lo que les pasa es gracias a sus acciones, a esforzarse por llegar hasta la meta.
Y si surge algún contratiempo, saben que lo importante es cómo responden a ello. No se obsesionan con que alguien les ha echado mal de ojo y de ahí viene su desgracia; al contrario.
Luchan por superarlo. Y eso es exactamente lo que deberías hacer tú: dejar de obsesionarte tanto, y pasar más a la acción.
2. Recuerda: lo que piensas, lo atraes a tu vida
Si te concentras en lo que está mal en tu vida – especialmente si lo ves como “mala suerte” sobre lo que no puedes hacer nada – el mundo te parecerá más oscuro y negativo.
En poco tiempo estarás convencido de que todo va en contra de ti; y, al final, acabarás por creer que eso es verdad.
Como resultado, dejarás de hacer intentos por mejorar tu vida porque pensarás que no puedes hacer nada y que es tu destino.
Aleja esos pensamientos negativos porque no son reales.
Tú construyes tu propia historia, y como dice una frase budista, lo que piensas lo atraes a tu vida, y finalmente se convierte en una realidad.
3. Aprovecha las oportunidades que se te presentan
Cuando somos fervientes creyentes de que tenemos mala suerte solemos dejar pasar oportunidades magníficas que se nos presentan.
Al entrar en una espiral de pesimismo y negatividad pensamos que algo bueno nunca nos sucederá. Y cuando lo hace, no nos sentimos dignos de aprovecharlo.
Puede que te inviten a un evento, rechaces ir, y estés perdiendo la oportunidad de hacer contactos para iniciar tu negocio soñado o encontrar al amor de tu vida.
Aborda cada situación como si fuese una nueva oportunidad para ti, ten los ojos abiertos y tu mente llena de positividad.
Sólo así conseguirás alejar la mala suerte y comprobar que ahí fuera te están esperando personas, experiencias y nuevos cambios maravillosos.
4. Acepta las nuevas experiencias
Si te atreves a salir de tu zona de confort y experimentar nuevas cosas, será mucho más probable que empieces a tener buena suerte.
A muchas personas les da miedo o ansiedad probar algo desconocido – quizás tú seas una de ellas -.
5. Guíate por tu intuición y tus instintos
La mala suerte no es cosa del destino o de las artes oscuras: es producto de tu indecisión y de no hacer caso a tus instintos más primarios.
Pero puedo asegurarte que el 80% del tiempo sabrá exactamente qué es lo mejor para ti si la dejas actuar libremente.
Haz caso a tu voz interior, conecta con tus instintos, y déjate llevar por lo que ellos te dicen para alcanzar la buena suerte que necesitas.
6. Cambia tu rutina
Tienes mala suerte y aun así sigues haciendo siempre las mismas cosas. ¿No ves dónde está el problema? Hacer lo mismo una y otra vez sólo te proporcionará los mismos resultados, tanto para bien como para mal.
Si te consideras alguien desafortunado, uno de los primeros pasos que debes dar es cambiar tu rutina diaria: actividades que realizas, tu propio comportamiento, etc.
Puedes comenzar poco a poco, cambiando un par de hábitos cada semana, porque incluso esos pequeños cambios conseguirán abrirte las puertas a nuevas oportunidades y a la buena suerte.
7. Activa tu mente positiva
La mala suerte la creas tú mismo; y el lugar donde comienza todo es en tu propia cabeza. Si a cada situación le ves el lado más negativo, al final creerás que realmente estás maldito.
Trata de cambiar los malos pensamientos por otros que sean mejores, viendo siempre el lado bueno de las cosas.
Si te caes al suelo pero no te has hecho daño, en vez de pensar “qué mala suerte tengo, ¡me he caído!”, cámbialo por “me he caído, ¡qué suerte tengo de no haberme hecho nada!“.
8. Acepta los contratiempos que te sucedan
A nadie le sale todo bien en esta vida. A veces hay alegrías, y otras tristezas. Unas veces intentarás hacer algo, y triunfarás, y otras veces en lo que intentes fallarás.
Lo importante es que comprendas esto y lo aceptes. ¿Sabes por qué? Porque si todos los momentos que vivimos fueran de color de rosa, felices al máximo y sin preocupaciones, no los apreciaríamos.
Siempre debe haber una parte mala para poder apreciar el lado bueno cuando aparece, igual que después de la lluvia sale el arcoiris para que podamos admirar sus colores.
No temas al fracaso o a los obstáculos que puedan aparecer. Lo realmente importante es que te enfrentes a ellos y que si caes, vuelvas a levantarte de nuevo.
9. Limita tu contacto con la gente negativa
Lo que piensas, lo atraes a tu vida. Pero también la gente de la que te rodeas puede influir en tu buena o mala suerte.
Si tienes cerca a personas positivas, éstas te motivarán, subirán tu autoestima, y crearán una buena atmósfera alrededor de ti que hará que abraces nuevas experiencias y estés más preparado para asumir los retos que se te presenten.
Así es como conseguirás atraer la buena suerte y alejar las malas vibras que te impiden ser feliz en la vida.
Fuente: contextotucuman /