(CNN) - Científicos en Australia han expresado su preocupación por un aparente brote de úlcera de Buruli, una enfermedad que se alimenta de carne y que generalmente ocurre en África occidental y central.
En los últimos años ha habido un aumento en el número de casos en varias partes de Australia, sobre todo en el estado de Victoria.
En un estudio publicado este lunes en el Medical Journal of Australia, los autores advierten que el brote de las úlceras, descrito como una "epidemia", requiere una "respuesta científica urgente". Informan que Victoria enfrenta una epidemia que empeora "definida por casos que aumentan rápidamente en número, se vuelven más severos en la naturaleza y se presentan en nuevas áreas geográficas".
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En 2016, se reportaron 182 nuevos casos. Pero incluso este número fue eclipsado por un nuevo aumento del 51% desde noviembre de 2016 hasta el mismo mes un año después. En noviembre de 2016 hubo 156, que aumentaron a 236 casos luego de un año.
Así se ve la úlcera come carne.
Se desconoce el origen ambiental de la enfermedad y cómo se propaga entre los humanos. La mayoría de los casos en África están asociados con la vida cerca de pantano y otros ambientes acuáticos. Pero en Australia, a menudo se relacionan con modos específicos de transmisión como mosquitos y zarigüeyas, según Andrés Garchitorena, investigador del Instituto de Investigación y Desarrollo de Francia y experto en úlceras de Buruli, que no participó del informe más reciente.
"En Australia, parece ser más una transmisión terrestre, mientras que en África, por ejemplo, la cepa es muy diferente y se transmite principalmente a través de ecosistemas acuáticos", dijo Garchitorena.
Los médicos tampoco saben por qué los casos se vuelven más severos.
"Una posibilidad es que tal vez haya cierta resistencia a los antibióticos que están usando", dijo Garchitorena.
"Es difícil prevenir una enfermedad cuando no se sabe cómo se adquiere la infección", escribió el autor principal y profesor asociado Daniel O'Brien, un consultor de enfermedades infecciosas.
El estudio apunta a un aumento alarmante en nuevos casos de la afección, también conocida localmente como úlcera de Bairnsdale o úlcera de Daintree.
La presencia de la enfermedad en el estado se conoce desde hace décadas, el primer caso registrado fue en 1948, pero el aumento en los casos en los últimos años es motivo de preocupación.
Australia ha visto un número creciente de casos reportados desde 2013, según la Organización Mundial de la Salud.
Lesiones destructivas
La úlcera de Buruli es causada por la bacteria Mycobacterium ulcerans y da como resultado lesiones destructivas graves de la piel y los tejidos blandos, indica el artículo. La bacteria es parte de la misma familia de organismos que causan la lepra y la tuberculosis, según la OMS.
"Afecta principalmente al tejido adiposo. Comienza generalmente con un nódulo pequeño, pero con el tiempo se abre y crea una úlcera", dijo Garchitorena.
"Hay casos en que las personas ueren, pero el resultado más común cuando no se trata es una discapacidad: las personas pueden necesitar una amputación o cirugía con limitaciones funcionales para la vida", agregó el científico.
En 2017, se notificaron 2.206 casos en todo el mundo, en comparación con 1.920 casos en 2016, y la mayoría de los casos se dieron en Australia y Nigeria.
Como se desconoce el modo de transmisión, no existen estrategias de prevención contra la enfermedad.
La infección es tratable y las tasas de curación "se acercan al 100%" con antibióticos como la rifampicina y la claritromicina, pero si no se trata rápidamente, la enfermedad puede provocar una discapacidad a largo plazo y una deformidad estética. Los tratamientos actuales con antibióticos previenen la cirugía en solo el 40% de los pacientes, dijo el Dr. Zlatko Kopecki, vicepresidente de la Sociedad de Reparación de Heridas y Tejidos de Australasia.
"Se requieren nuevos antibióticos o tratamientos específicos con antitoxinas, ya que la infección de la herida es un problema grave para miles de pacientes con heridas crónicas", dijo el año pasado.
Los efectos demográficos varían considerablemente entre las regiones afectadas: se estima que el 48% de los afectados en África tienen menos de 15 años, mientras que solo el 10% de los afectados tienen menos de esa edad en Australia.
"En Australia, tiende a infectar a personas mayores de 50 años, pero las personas más jóvenes también pueden verse afectadas. La mayoría de los casos se diagnostican en los meses de invierno, pero la infección puede haber ocurrido en verano", dijo Sanjaya Senanayake, profesor asociado de medicina en la Universidad Nacional Australiana.