(CNN) — Una empleada de Naciones Unidas dijo que fue acosada sexualmente por un alto funcionario de la ONU. La mujer habló por primera vez públicamente sobre su caso, asegurando que le ofrecieron un ascenso si aceptaba una disculpa del hombre y añadió que la organización no tomó en serio su caso.
En una entrevista exclusiva con CNN, Martina Brostrom, asesora de políticas en ONUSIDA, acusó al subsecretario general de la ONU, Luiz Loures, de haberla agarrado en el ascensor de un hotel, besarla de manera forzosa y tratar de arrastrarla a su habitación durante una conferencia en 2015. Él niega las acusaciones.
"Le estaba implorando y me sujeté con toda mi fuerza para que no pudiera sacarme del ascensor", le dijo Brostrom a Christiane Amanpour de CNN.
Martina Brostrom, asesora de políticas en ONUSIDA, dice que un funcionario de la ONU la acosó sexualmente en 2015.
Loures le dijo a CNN que él cooperó completamente con una investigación que duró 14 meses y que concluyó que las acusaciones no tenían sustento. Pero Brostroom criticó la investigación y dijo que fue “profundamente defectuosa”.
Loures, quien también es director ejecutivo adjunto de ONUSIDA, dejará la ONU cuando se acabe su contrato al final de esta semana. La ONU dice que fue su decisión irse. Un portavoz de ONUSIDA le dijo a CNN que la investigación por las acusaciones de Brostrom siguieron su “debido proceso” y que ella es bienvenida a apelar.
Brostrom es una de las tres mujeres que describieron encuentros similares con Loures. Otra mujer, Malayah Harper, le dijo a CNN que Loures la acosó de manera sorprendentemente similar en un hotel en 2014. Una tercera le dijo a CNN que su situación ocurrió hace pocos años; ella habló en condición de anonimato debido a su actual trabajo.
Luiz Loures durante un panel en Vladivostok en 2017.
Varias personas cercanas al director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, dicen que lo alertaron sobre el comportamiento de Loures en un periodo de tres años.
En una reunión de personal a finales de febrero, audio que fue obtenido por CNN, Sidibé negó haber sido alertado. Él también valoró la decisión de Loures de dejar la ONU, diciendo que fue “valiente” y atacó a las empleadas que hablaron públicamente sobre reclamos de acoso sexual en la ONU, diciendo que “no tienen una visión moral”.
Las acusaciones señalan una profunda ironía: aunque que el programa de la ONU contra el VIH/SIDA ha promovido durante mucho tiempo el empoderamiento de las mujeres como algo crucial para terminar la epidemia, varias activistas y exempleadas de la ONU le dijeron a CNN que la organización también ha protegido durante mucho tiempo a un alto ejecutivo que ha esquivado acusaciones de acoso sexual.
Esos críticos de la ONU dicen que la organización ha fallado en tomar en serio las acusaciones de acoso sexual, dándole prioridad a la reputación de la organización sobre su obligación de proteger a sus empleados. La ONU dice que está redoblando sus esfuerzos para combatir el acoso, alentando a denunciar y protegiendo a quienes denuncien de represalias.
Paula Donovan, cuyo grupo de defensa Code Blue está presionando por cambios en cómo la ONU maneja acusaciones de acoso sexual, ha encabezado el llamado público de Brostrom y expresó su preocupación en cartas abiertas al secretario general, Antonio Guterres.
Donovan dice que no se debería permitir que la ONU se autocontrole. “Creo que el término que no es usado lo suficiente es el obvio conflicto de intereses. La ONU simplemente no puede jugar este papel”.
Code Blue hace un llamamiento para que un cuerpo “externo, neutral e independiente” maneje este tipo de acusaciones.
Stephen Lewis, ex alto oficial de Unicef que ahora codirige una ONG que trabaja en políticas sobre el SIDA con Donovan, dice que los funcionarios de la ONU sostienen que su reputación es sacrosanta.
“Hay un entendimiento de que bajo ninguna circunstancia puedes poner a la ONU en riesgo”, dice Lewis, quien defiende a Bromstrom.
En el momento que Martina Brostrom llegó a Bangkok, Tailandia, para una conferencia en mayo de 2015, ya sabía que debía estar alerta con Luiz Loures, dice ella.
Él habría “dejado que su mano se deslizara, ya sabes, sobre tu cabello y la sostenía detrás del cuello”, recuerda ella sobre una situación típicamente desagradable.
Y en esa conferencia de Bangkok, después de lo que ella describió como una reacia charla de trabajo tras una recepción, entraron en el ascensor del hotel. Luego, dice ella, él se lanzó contra ella.
"Me empujó contra la pared”, le dijo a Amapour. “Él empezó a meter su lengua hacia mi boca, tratando de besarme. Y estaba toqueteando mi cuerpo, incluyendo mis pechos. La puerta del elevador se abrió y él trató de sacarme forzosamente fuera, arrastrándome hacia el pasillo de su habitación. Él me dijo 'ven, ven a mi habitación'”.
La mujer logró contenerlo, según dijo, regresando hacia el ascensor y a su propia habitación. Una colega con quien ella habló la noche del supuesto incidente confirmó a CNN la historia que Brostrom le relató en ese momento, diciendo que había estado “absolutamente angustiada”.
Su madre, su supervisora y otros dos compañeros de trabajo que dicen que la vieron o le hablaron esa noche les dieron a los investigadores descripciones similares de su comportamiento: “enojo, llanto y angustia”, tal como decía la investigación.
Brostrom no presentó una queja formal de inmediato. Dijo que temía que sus acusaciones no fueran tomadas en cuenta o que podría enfrentar represalias. Un año después, dijo que se le hizo saber a Sidibé informalmente, algo que él niega.
Varios meses después —casi un año y medio después del supuesto acoso— ella dice que le quedó claro que después de una reorganización Loures podría ser uno de sus supervisores directos, con solo un “débil gerente” que los separaba, que no conocía las acusaciones. Brostrom le pidió a Sidibé que abriera una investigación, algo que él hizo.
Brostrom dijo que ha estado de baja por enfermedad casi continuamente desde abril del año pasado. Según una evaluación médica de junio que ella le mostró a CNN, ella sufre de estrés postraumático después del incidente de mayo de 2015.
“Lo que me ha pasado a mi, cómo la situación ha sido mal manejada, no debería pasarle a ninguna mujer”, le dijo a Amanpour.