Un ex oncólogo italiano de Roma que generó una teoría que dice: “El cáncer es un hongo, llamado Cándida Albicans, y se puede curar con bicarbonato de sodio”.
Este experto asegura que el organismo y el tumor deben ser alcalinizados y que esto se puede lograr con un ingrediente tan barato y asequible como el bicarbonato de sodio.
El esfuerzo de Tulio se basa en cuatro elementos teóricos:
1.Un organismo y órganos ácidos se vinculan con problemas de salud y cáncer.
2. Alcaliniza tu cuerpo con bicarbonato de sodio, ya que éste se reconoce como un buen antiácido. Además es muy barato.
3. Tus intestinos son hábitat para las bacterias beneficiosas que dirigen el 85% de tus inmunorreacciones. Además, ayudan en la liberación de vitaminas contra el cáncer, como la biotina, vitamina B12, ácido fólico y vitamina K (extraídos de los alimentos que ingieres).
Incluso, generan un compuesto llamado butirato sódico, que hace que las células de cáncer se destruyan a sí mismas.
La función de las bacterias beneficiosas se altera cuando la acidez del intestino aumenta.
4. Las bacterias beneficiosas son la primera línea de defensa de nuestro organismo. Mientras duermes, las bacterias beneficiosas digieren los microbios, hongos y levaduras que has consumido durante el día. De hecho, el alimento ideal para las bacterias beneficiosas es la levadura u hongo Cándida Albicans.
La cándida y el cáncer
La cándida es anaeróbica y requiere oxígeno para producir energía. Cuando la cándida está en el torrente sanguíneo, coloniza un área en particular del organismo y reduce los niveles de oxígeno de esa zona de manera significativa. Las células locales no mueren, sino que cambian su generación de energía de un sistema basado en oxígeno a uno que no lo utiliza.
Las células cancerosas no requieren oxígeno para producir su propia energía de las moléculas de los alimentos, así que utilizan este sistema. De hecho, Otto Warburg ganó el Premio Nobel en 1931 por explicar al mundo esta característica de las células cancerosas ¡y que el oxígeno es su verdadero enemigo