La sarna o escabiosis es una enfermedad de la piel, bastante común en cualquier parte del mundo y que es causada por un ácaro, que se puede contagiar con facilidad, sin importar el nivel económico de la pesona.
Afecta a todo tipo de personas independientemente del sexo o la raza. Lo habitual es que surjan pequeñas epidemias dentro de una misma familia, y en residencias de ancianos o estudiantes, ya que el ácaro se transmite por contacto directo con una persona infectada.
La escabiosis es una enfermedad que no conoce fronteras.
En Europa, el 1% de la población puede llegar a padecer sarna alguna vez en su vida, mientras que, en Latinoamérica tiene una frecuencia similar, entre el 1-5%, pero los brotes epidémicos suceden con más frecuencia, sobre todo en Chile y Argentina.
El porcentaje aumenta entre las personas más ancianas, llegando hasta un 15% en algunos países básicamente si sufren otras enfermedades al mismo tiempo.
En general la sarna no es una infección que ponga en riesgo a la gente que la sufre, pero sí da muchos síntomas molestos, sobre todo por el picor.
Cuando se diagnostica y se trata adecuadamente se llegan a curar casi la totalidad de los casos.
Tan sólo puede suponer un problema en personas cuyo sistema inmunológico esté deprimido, como sucede en el caso de los enfermos de sida, o aquellos a los que se les ha trasplantado algún órgano.