Hiperlordosis: qué es y en qué consiste
La hiperlordosis es una de las alteraciones más frecuentes de la curvatura de la columna vertebral que puede darse en la zona cervical, dorsal o lumbar.
Se trata de curvas que le dan soporte al cuerpo y trabajan como amortiguadores para distribuir los esfuerzos mecánicos que implica cualquier tipo de movimiento.
A diferencia de otras desviaciones de la columna, tiene su origen en causas estructurales, es decir, es producto de una mala postura, sobrepeso, sedentarismo y otros factores que, por lo general, se pueden corregir.
Si bien no se considera un trastorno grave, puede generar dolor e incomodidades que en muchos casos disminuyen la capacidad para realizar algunas actividades físicas.
¿Cuáles son las causas de la hiperlordosis?
La adopción de una mala postura es la causa más frecuente de hiperlordosis. Puede ocurrir por permanecer por largos periodos de tiempo sentados o de pie, o bien, por los cambios propios de la postura que se dan con el embarazo.
El uso de tacones altos también puede aumentar esta dolencia en las mujeres. Los tacones obligan a mantener una postura hiperlordótica que acarrea ciertas complicaciones. Otras posibles causas incluyen:
Sobrepeso y obesidad
Estilo de vida sedentario
Lesiones espinales
Enfermedades neuromusculares
Deportes que exigen posturas técnicas y concretas (ballet, gimnasia, entre otros)
Inflamación del espacio del disco intervertebral (discitis)
Espondilolistesis
Síntomas de la hiperlordosis
Los pacientes con hiperlordosis pueden notar una curva exagerada en la columna cervical o lumbar que hará desplazar el estómago hacia adelante. Visto desde un espejo de cuerpo entero se puede ver la columna vertebral cervical o lumbar más arqueada, con una forma similar a la letra C.
Otros síntomas relacionados incluyen:
Dolor lumbar
Dolor de cuello
Rigidez o limitación del movimiento
Dolores intensos al permanecer por mucho tiempo de pie o sentado, o al hacer algún esfuerzo físico
Diagnóstico
Diagnóstico
El diagnóstico de la hiperlordosis inicia con un análisis de la historia médica del paciente y una exploración física minuciosa. La historia médica permite determinar cuándo se hizo notar la curvatura, qué complicaciones presenta y si tiende a presentar cambios.
Mediante el examen físico, el médico pide al paciente que se incline hacia adelante y hacia un lado para verificar si la curva es flexible o rígida, o para sentir alguna anormalidad en la columna vertebral. Si la persona tiene dolor crónico, hormigueo, debilidad o cambios en el control del intestino y la vejiga, se sugiere una evaluación neurológica y pruebas complementarias como una radiografía de perfil en posición de pie.
Tratamiento
En la mayoría de los casos la hiperlordosis tiene un tratamiento conservador (no quirúrgico) que se enfoca en el alivio de los síntomas y la corrección de la postura corporal.
Medicamentos
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Por lo general se utilizan medicamentos de venta libre como el acetaminofén, el ibuprofeno y el naproxeno. En ciertos casos el médico sugiere el uso de relajantes musculares.
Terapia física
Desempeña un papel muy importante en la corrección de la postura corporal. Contribuye a desarrollar la fuerza y flexibilidad de la columna, incrementando su rango de movimiento ante síntomas como la rigidez.
Cambios en el estilo de vida
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Modificar ciertos hábitos del estilo de vida es determinante para mejorar el pronóstico de la hiperlordosis, en especial en casos de obesidad y sedentarismo.
Es necesario adoptar un plan de alimentación y ejercicio físico que ayude a perder peso corporal. Los ejercicios deben estar asesorados por un profesional, puesto que, por las características de esta condición, no se puede ejecutar cualquier plan de entrenamiento.
La natación y la gimnasia postural se destacan como terapias alternativas para acelerar la recuperación de este problema.
En caso de tener trabajos que impliquen una misma posición por tiempo prolongado, se recomiendan descansos cada hora y ejercicios de estiramiento.
Otras formas de rehabilitación
La aplicación de masajes terapéuticos es un importante complemento para el tratamiento de la terapia física de la hiperlordosis. Su fin es ayudas a descontracturar los músculos paravertebrales y lumbares que resultan comprometidos por el aumento de la curvatura.
Otras importantes ayudas incluyen el uso de corrientes eléctricas como TENS y ultrasonidos. Estas ayudan a relajar la zona afectada y disminuyen el dolor y la inflamación.
La estimulación muscular eléctrica (EMS) es otra importante herramienta para la rehabilitación médica. Se ha establecido como parte del tratamiento de varios diagnósticos musculoesqueléticos, dado que puede crear respuestas motoras en pacientes cuyas capacidades están reducidas.