Redacción Internacional.- La alergia estacional consiste en una reacción exagerada del sistema inmunitario cuando se presenta una sustancia extraña al organismo, es decir, los alérgenos, sustancias inofensivas para la mayoría de la población.
Sin embargo, hay personas alérgicas que tienen reacciones inmediatas al tener contacto con ellas, y entre las enfermedades alérgicas más frecuentes sobresalen la rinitis, conjuntivitis y asma.
Alergia al polen
Los árboles y plantas polinizan en diferentes estaciones del año.
Las gramíneas son una de las hierbas que más provocan alergia.
La concentración de alérgenos se encuentra en el polen y tiende a ser más elevada en los días secos y cálidos cuando corre el viento.
Por lo general, aparece en la infancia y, si no se trata, los síntomas empeoran. La rinitis es la inflamación de la mucosa nasal.
El paciente experimenta obstrucción nasal Secreción excesiva Picor Estornudos
En ocasiones también experimentan lagrimeo y enrojecimiento. La rinitis estacional afecta las vías respiratorias debido al polen.
En algunos casos el paciente puede sufrir un ataque de asma y presentar problemas para respirar, opresión en el tórax y tos.
De igual manera sucede cuando las plantas inician su proceso de floración, ya sea verano o primavera. No obstante, el resto del año el paciente es asintomático.
Afecta a personas de cualquier edad.
Se trata de la inflamación de la membrana que recubre la superficie ocular y el interior de los párpados. Sucede cuando el paciente es expuesto al alérgeno. Puede estar acompañada de la rinitis o el asma.
Los alérgenos que más causan conjuntivitis son:
Polen Ácaros del polvo Pelo de animal Hongos Cosméticos Antibióticos
Remedios naturales
Té de menta con ortiga
En general cualquier infusión caliente funciona como expectorante, es decir, reduce la congestión que se forma en las membranas mucosas.
Particularmente la menta contiene un compuesto que ayuda inhibir la secreción que produce la histamina.
Por su parte la ortiga es un antihistamínico que reduce los síntomas de las alergias.
1 cucharada de menta seca (10 g) 1 cucharada de miel (25 g) 1 taza de agua (250 ml) 1 cucharada de ortiga (10 g) Preparación Para empezar, coloca el agua en una olla y ponla a hervir. Después, añade las hojas de menta y ortiga. Deja que hierva durante 10 minutos e inhala el vapor que emana. Finalmente endulza con miel.
Solución salina
Los lavados nasales son uno de los métodos más antiguos y efectivos para limpiar el polen, ácaros y cualquier residuo que se acumule en los conductos nasales.
Además de limpiar la zona ayuda a prevenir infecciones.
Ingredientes 1 taza de agua destilada (250 ml) ½ cucharada de sal (5 g) 1 pizca de bicarbonato Utensilios 1 gotero
Preparación Primero, pon a calentar el agua destilada, sin que hierva. Seguidamente agrega la sal y el bicarbonato. Combina hasta que se incorporen los ingredientes. A continuación, vierte la mezcla en el gotero y coloca 1 gota en cada fosa nasal. Finalmente repite el procedimiento 3 veces al día.
Vaporización con extracto de hierbas
Inhalar vapor ayuda a remover la mucosidad y calmar la irritación en las fosas nasales. Por ende, los síntomas de la alergia disminuirán.
Ingredientes 1 taza de agua (250 ml) 4 gotas de aceite esencial (romero, menta o eucalipto) Preparación En primer lugar, pon hervir el agua y añade las gotas de aceite. A continuación, cubre tu cabeza con una toalla, con el fin de dejar despejado el rostro. Inclínate con cuidado hacia la infusión, inhala el vapor y exhala lentamente. Repite el procedimiento durante 10 minutos. Para terminar, suénate la nariz.
Medidas preventivas
Retira de la recámara los objetos que no sean necesarios (libreros, jugueteros, floreros)
Mantén el hogar ventilado por la mañana y cierra las ventanas por la tarde.
Lava y seca tu cabello antes de dormir.
Evita fumar o estar en áreas para fumadores.
No te expongas a olores fuertes como perfumes o desodorantes.
Limpia las aspas de los ventiladores.
Evita las mascotas dentro de casa.
Es indispensable limpiar todos los días muebles, lámparas y cuadros.
Evita el uso de alfombras y de almohadas de plumas.
Forra el colchón con una funda de plástico y ponlo al sol 1 vez a la semana.
Utiliza pijamas de algodón en lugar de lana.