Jazz Egger tiene 20 años, es austríaca, participó de 'Next Top Model', fue finalista del 'Elite Model Look' y ya es una supermodelo en Europa. Vive en Londres y decidió contarle a sus 37.000 seguidores de Instagram la verdad sobre la prostitución en su mundo, la moda.
En su relato, cuenta cómo le ofrecieron mucho dinero para tener sexo con multimillonarios y, según reveló, las grandes empresas operan como intermediarias entre las jóvenes modelos y los clientes.
Es más, sin dar nombres, afirmó que intentaron convencerla de que se prostituya diciéndole que otras "dos supermodelos del momento" lo hacían.
Según detalla El Confidencial, la primera propuesta que le hicieron fue el verano pasado después de reunirse con un agente de un exclusivo club de Londres que le ofreció ser modelo de fotografía a cambio de ir a un yate griego con tres millonarios.
También asegura que una de las agencias más importantes del mundo está asociada a la compañía que le ofreció prostituirse.
Ella lo rechazó, pero poco después volvió a ponerse en contacto para ofrecerle una cena privada con un "actor famoso" y aconsejarle que debía sentirse cómoda con estos "asuntos íntimos y naturales".
Cuando la adolescente respondió que "ella era modelo y no escort", él le contestó: "Es lo más normal en la industria, todo el mundo lo hace".
Jazz Egger reveló las capturas de los chats donde le ofrecían prostituirse
"Aunque respeto a los que aceptan estas ofertas, nunca vendería mi cuerpo y mi dignidad. Mi moral no me lo permite. Lo que hizo que cuestionara tanto su oferta es que me pidió que me callara, así que pensé que esto no podría estar bien. Este señor reaccionó enviándome emails en un intento de convencerme para que aceptase su oferta. Tiene mucha experiencia en este tipo de conversaciones, hasta me envió capturas de pantalla de modelos con los que supuestamente ha trabajado", aseguró Jazz al DailyMail.
"Sé que algunas modelos han hecho de escort y experimentado relaciones sexuales no deseadas, pero cuando compartí todo esto en mis redes sociales, mis colegas me enviaron mensajes contándome sus experiencias. Fue triste ver que es tan común y habitual. Voy a intentar lo que sea por cambiarlo, puede tardar siglos, pero hay que empezar por alguna parte", agregó.