La varicela es una infección viral, sumamente contagiosa, provocada por el virus “varicela zoster”, el cual es miembro de la familia del herpesvirus.
Se trata de una enfermedad caracterizada por la aparición de una erupción en la piel que produce picazón, la cual se transforma en ampollas llenas de líquido, que luego se convierten en costras.
Lo más usual es que esta enfermedad aparezca en niños menores de 15 años, aunque a veces la contraen personas de mayor edad.
Así mismo, tiene una peligrosa variante que se llama “herpes zoster”, la cual es una reactivación del virus en adultos de cualquier edad, pero principalmente después de los 50 años.
Actualmente se dispone de una vacuna contra la varicela. Tiene gran eficacia, ya que previene la enfermedad hasta en un 80% de los casos. Se puede aplicar incluso en las 72 horas siguientes a la exposición al virus y evita la aparición de la varicela en un 90% de los casos.
El virus de la varicela está en todo el planeta y se presenta en cualquier época del año, aunque con una leve predominancia en invierno y primavera.
Se trata de una enfermedad benigna, que solo causa dos muertes por cada 100.000 casos.
¿Cómo se contrae la enfermedad?
La varicela se transmite de individuo a individuo. La literatura médica indica que es contagiosa desde tres días antes de la aparición de las erupciones, hasta cinco días después que se convierten en costras.
El contagio se produce por contacto directo o indirecto. El directo se presenta cuando hay conexión con las lesiones de la piel, o con las secreciones que son expulsadas por el enfermo al estornudar o toser.
Aunque es poco frecuente, la varicela también se infecta al entrar en contacto con objetos que han sido tocados por el enfermo. En un 2% de los casos, la transmisión se da de la madre al feto por vía intrauterina. Esto da lugar al llamado “síndrome de varicela congénita”.
Los síntomas de la varicela El periodo de incubación de la enfermedad es de dos semanas aproximadamente. Esto quiere decir que entre el momento del contagio y la aparición de los primeros síntomas transcurren alrededor de 15 días.
Los primeros síntomas son fiebre moderada, por un lapso de dos a tres días. También hay dolor de cabeza, cansancio y falta de apetito. Luego aparecen unas manchas planas de color rojizo, las cuales van adquiriendo relieve hasta transformarse en ampollas.
Tales ampollas pasan por cinco etapas: mácula, pápula, vesícula, pústula y costra. Cada una de las erupciones atraviesa las diferentes fases, independientemente de las demás. Lo usual es que las manchas aparezcan primero en el pecho y la espalda y luego se extiendan a todo el cuerpo. Una vez se convierten en costras, desaparecen en dos semanas.
Mujer adulta con varicela
La varicela en los adultos suele presentar varias complicaciones, pero solo corresponde al 5% de los casos. También son más vulnerables a las complicaciones los siguientes grupos: niños prematuros o menores de un año; menores con problemas de piel; y personas con problemas en su sistema inmunológico.
El tratamiento de la varicela Un niño con salud normal puede combatir la enfermedad eficazmente. Solo necesita algunos medicamentos como analgésicos y antihistamínicos para aliviar los síntomas. Es importante anotar que al niño no se le debe dar Aspirina, ya que esta puede ocasionarle el Síndrome de Reye.
Es conveniente que se utilicen lociones para aliviar el picor. También que se apliquen compresas húmedas para limpiar las heridas causadas por el rascado. De este modo se previene la aparición de infecciones y se evita que queden cicatrices después de que desaparezcan las ampollas.
Es importante evitar el contacto del enfermo con personas que no hayan padecido la enfermedad, hasta que se hayan secado las costras. En especial, se debe proteger a las mujeres en estado de gestación, que no sepan si sufrieron varicela durante la infancia.
Medidas de prevención Actualmente se dispone de una vacuna contra la varicela. Tiene gran eficacia, ya que previene la enfermedad hasta en un 80% de los casos. Se puede aplicar incluso en las 72 horas siguientes a la exposición al virus y evita la aparición de la varicela en un 90% de los casos.
Lo ideal es que la primera dosis de la vacuna contra la varicela se le aplique a los niños entre los 12 a 15 meses de edad. La segunda dosis es recomendable a los 4 a 6 años de edad. Si el niño no es vacunado, después de los 13 años tiene que recibir ambas dosis con un intervalo de cuatro a ocho semanas.
La vacuna contra la varicela no debe aplicarse a mujeres embarazadas, personas en quimioterapia o a quienes tengan alguna enfermedad que debilite su sistema inmunológico. Aún quienes se hayan aplicado la vacuna pueden contraer la enfermedad, pero los síntomas serán mucho más débiles.