El doctor y su paciente ante la consulta de un bebé

Las jornadas diarias pueden ser muy agotadoras y estresantes.

El trabajo, la universidad, el hogar, lo niños y muchas otras cosas pueden robarnos la tranquilidad, y si llegamos a estresarnos hasta cierto punto, podemos enfermarnos gravemente.

De ahí que sea muy importante mantener a raya el estrés, sin importar cuál sea su causa.

Al buscar en la internet, podemos encontrar un sinnúmero de actividades para reducir este problema

Podemos tener una pelotita suave para apretarla de vez en cuando. También podemos escuchar música un buen rato. Quizás podemos levantarnos del asiento y hacer una pequeña caminata, aunque sea al baño y lavarnos la cara.

Y recientemente surgió un entretenimiento que promete acabar con el estrés, los famosos Spinner, pero no hay nada mejor para eliminar por completo es estrés, que una buena carcajada.

Para reírnos hasta mas no poder, podemos acudir a buenos chistes.

Hoy, queremos mostrarte uno de ellos que te liberará de todo ese estrés que tanto te agobia.

El chiste está relacionado con las visitas médicas. Como sabemos, esto puede ser toda una experiencia, tanto para el doctor como para el paciente.

Por eso, no es raro escuchar chistes relacionados con el mundo de la medicina. Y es que, lo que sucede en los hospitales, puede ser algo irrepetible para cualquier persona.

El chiste que te contaremos a continuación se ha convertido en un verdadero fenómeno en la internet.

Eso sí, te animamos a que te los aprendas bien, pues sabes que los chistes leídos pierden su gracia.

Así, cuando se lo cuentes a tus amigos, podrán morir de la risa.

A continuación, te dejamos el chiste de la consulta médica.

Chiste del doctor y su paciente

Cierta mujer estaba con un bebé en el hospital, esperando su turno para ser atendidos por el médico. Al niño lo someterían a su primer examen pediátrico. Cuando el doctor midió y comprobó el peso del bebé, puso cara de preocupado, algo no andaba bien.

Entonces le pregunto a la mujer si el niño estaba siendo amamantado o comía con biberón.

A esto, la mujer respondió: “Está siendo amamantado”. El doctor replicñó a su respuesta: “En ese caso, desnúdese de la cintura para arriba, debo proceder a examinarla brevemente”.

La mujer accedió de inmediato procedió a quitarse toda la ropa de la cintura hacia arriba.

Ahora, el doctor comenzó a examinarla con mucho cuidado. Empezó a pellizcar sus pezones. Luego amasó y frotó sus pechos por un buen rato para estimular la producción de leche materna. Después de un corto tiempo, le hizo seña para que se vistiera nuevamente.

Después de tomar algunas notas, el doctor dijo: “No me extraña que el bebé no tenga un crecimiento adecuado a su edad. Sus pechos no tienen ni una gota de leche materna”.

Ante esto, la mujer respondió con mucha sinceridad: “Lo sé, solo que yo soy su abuela. Pero no sabe cuánto me alegro de haber venido”.

No hay duda que aparecerá más de uno que haya tenido una experiencia similar en el hospital.

Y es que, en la actualidad, ya ninguna cosa debería sorprendernos. Como estamos viviendo, ya cualquier cosa es lícita y la gente hace lo que sea para conseguir lo que quiere.

No dudo que este chiste se haya basado en una historia de la vida real.

Seguro que disfrutaste mucho de este buen chiste; reíste a carcajadas.

Compártelo en tus redes sociales con todos tus contactos para que ellos también boten el estrés.

Fuente:estiloconsalud.com

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