El truco de dos segundos que debes hacer en tu trabajo para ser un líder

Dar los buenos días a tus compañeros solo te llevará dos segundos y te aportará unos beneficios importantes de los que aún no eres consciente.

A continuación enumeramos algunos:

Seguro que eres de los que llega al trabajo, se sienta en su sitio y se pone a realizar sus tareas del día a día. No hablas con nadie y, como mucho, intercambias unas miradas con el que te cruzas en el lavabo. Pues, amigo, hemos de decirte que es un error. Un gran líder nunca haría esto, más bien todo lo contrario.

Lo dice bien claro el coach Andrew G. Rosen: hay que saludar. La falta de un 'buenos días' en las oficinas de todo el mundo se está volviendo demasiado común, y el hecho de no reconocer a tus propios compañeros de trabajo, ni saber siquiera sus nombres, no mejora la situación.

El experto en relaciones laborales cuenta en 'Jobacle' que saludar a las personas que comparten oficina contigo debe "formar parte de la rutina laboral", ya que "hará el trabajo mejor".

Dar los buenos días a tus compañeros solo te llevará dos segundos y te aportará unos beneficios importantes de los que aún no eres consciente. A continuación enumeramos algunos:

1) Un buen presagio

Aunque no seas espiritual, decir "buenos días" lleva intrínseco connotaciones positivas que indican que la jornada, al menos en teoría, va a ir bien y va a ser "buena". Es, sin duda, un presagio positivo que puede o no corresponderse con la realidad de lo que vaya a pasar a lo largo de las horas, pero es más positivo que no decir nada.

2) Humaniza a tus compañeros

El 'coach' asegura que debemos ver a las personas con las que trabajamos como seres de carne y hueso que sienten y padecen, no como bultos humanos que nos acompañan en nuestra jornada laboral.

Aunque no es recomendable mantener relaciones personales ni compartir intimidad con los colegas, no está de más fijarte en los que te rodean, preguntarles qué tal ha ido el fin de semana o hacerles ver que te preocupas si han estado enfermos. Todo ello te será muy útil cuando intentes resolver problemas, colaborar o si necesitas ayuda en algún momento.

3) Democratiza el proceso

Todo el mundo tiene en su oficina el típico jefe rancio que se cree demasiado importante para saludar a los empleados. Esto crea mal ambiente, porque diferencia los rangos jerárquicos. Por eso, afirma el experto, todos deberíamos dar los buenos días, y a todos. Desde al encargado de seguridad de la puerta hasta la señora de la limpieza o el mandamás de la empresa. Esto "democratizará" el proceso de comunicación dentro del trabajo.

4) Haces sentir importantes a tus compañeros

Este simple acto hará que tus colegas se sientan valorados y, al devolverte el saludo, el refuerzo emocional te será devuelto.

A la mayoría de la gente le gusta que se le vea, no ser invisible, y que se sienta su presencia. Unos sentimientos y anhelos que se refuerzan más si cabe en el trabajo, donde demostrar que mereces ese puesto y que estás ahí es fundamental.

5) Tendrás aliados

Como hemos dicho, no es cuestión de hacer amigos, ni mucho menos, pero sí de tener buena relación con los compañeros.

Con un simple "buenos días" puedes acabar teniendo aliados que, en un momento dado, pueden sacarte de un problema o ayudarte a resolver una cuestión que te inquieta, te atormenta o te perturba.

Siempre es bueno, y más en el trabajo, tener aunque sea a una persona a la que recurrir cuando la cosa se pone fea o para que te cubra en un determinado momento. Y nunca conseguirás encontrar a ese individuo si ni siquiera das los buenos días.

6) Te hace sentir mejor

Aunque no creas en el karma, en la espiritualidad o no sigas ninguna religión, hay una verdad absoluta que debes saber: hacer el bien te convierte en mejor persona.

Te hace sentir mejor contigo mismo y, como consecuencia, tendrás mejor día, además de hacer felices al resto. Si no lo haces por los demás, al menos saluda por las mañanas por puro altruismo.

Si aún no te hemos convencido, hay una razón casi tan poderosa como las anteriores por las que debes dar los buenos días a tus compañeros: es gratis y no tardarás más de dos segundos. ¿A cambio? Todos los beneficios anteriormente nombrados. Compensa, ¿no crees?

Otras cosas que debes hacer

Además de saludar a tus compañeros y a todo aquel te encuentres en la oficina, hay otras cosas que te vendría bien hacer para mejorar tanto tu situación en la empresa como crear un ambiente más propicio en la oficina.

La experta en organización empresarial Lynn Taylor, autora del libro 'Tame Your Terrible Office Tyrant' (Wiley, 2009), ha explicado en 'Business Insider' lo que hace la gente exitosa en sus primeras horas del día. ¿Y adivinas cuál es su primer consejo? Sí, saludar. A continuación detallamos las otras actividades que hacen las personas exitosas hacen nada más llegar al trabajo.

1) Pensar antes de actuar

"Es fácil llegar y ponerse a trabajar, pero la gente exitosa tiene en cuenta los objetivos a largo plazo con el objetivo de priorizar mejor las tareas", afirma Taylor. Los buenos líderes dedican los primeros minutos del día a temas estratégicos, a pensar como está marchando su negocio y su carrera individual.

2) Repasar la agenda

Una persona exitosa nunca comenzaría la jornada sin saber qué tiene planificado para ese día. Al contrario: tienen todo más que detallado.

Si no lo hicieran, acabarían saltándose más de una entrega o una reunión, haciendo que la ansiedad les acompañe durante todo el día.

3) Abordar lo complicado

En la primera hora del día, explica Taylor, hay que el trabajo más complicado o engorroso que tengamos entre manos, pues "es el mejor momento para pensar cómo llevarlo a cabo" y así quitárnoslo de encima lo antes posible.

En casi todos los trabajos hay algo que escribir, desde un correo a una propuesta. Escribir es una actividad que requiere disciplina y una gran capacidad de concentración, por ello es recomendable llevarla a cabo a primera hora de la mañana.

5) Revisar sus emails

Taylor recomienda que miremos el correo a primera hora del día pero solo por encima. Un rápido vistazo es suficiente para saber cuáles son los correos importantes y cuáles pueden leerse después.

Las personas más exitosas en el terreno laboral son capaces de mantener unos minutos de calma antes de entrar de lleno en faena. Basta con guardar unos minutos para estirarse y respirar, aclarar ideas y después ya ponerse en marcha con las pilas cargadas.

Fuente: Mejor con salud

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