Tranquilo y motivado, el mexicano Juan Pedro Franco, el hombre más obeso del mundo, enfrenta las últimas horas antes de la operación que reducirá su estómago confiando que esta le acerque a aquellas aficiones cotidianas de las que tuvo que alejarse cuando alcanzó los 595 kilos.
En un hospital de la occidental ciudad de Guadalajara al que fue trasladado desde su Aguascalientes natal, Juan Pedro espera que llegue el día de mañana, cuando se someterá a una cirugía que reducirá su estómago para que quede con la capacidad equivalente de un vaso de agua (unos 25 centilitros), en vez de la actual de cinco litros.
Una intervención quirúrgica que, afirma en una entrevista con Efe, "va a cambiar mucho" su vida: "Vamos a empezar a moverme un poco, levantarme, que es lo que queremos".
Desde hace meses, Juan Pedro, de 32 años, está sometido a una dieta mediterránea que hace énfasis en las verduras y en las frutas y que le ha ayudado a perder 175 kilos antes de la operación.
Además de este cambio en la alimentación -que reconoce que no le ha costado un gran esfuerzo, porque está "acostumbrado" a hacer dieta-, como preparación ha recibido atención psicológica y ha estado haciendo ejercicio con una bicicleta manual.
"Estoy tranquilo, relajado, motivado para mañana entrar (al quirófano)", señala Juan Pedro, quien lleva desde el viernes en la capital del estado de Jalisco acompañado de sus padres.
Juan Pedro echa mano de su fe para confiar en que "todo va a ir bien": "Aquí tengo el rosario, ahorita estaba rezando y es lo que me acompaña".
A esta primera operación, que durará aproximadamente 20 minutos, el próximo mes de noviembre se someterá a otro by-pass en los intestinos para que su digestión sea más rápida.
Todo ello con el objetivo de llegar al peso que tiene en mente, 120 kilos, con el que podría volver a realizar aquellas aficiones que echa de menos, como manejar, la música (toca la guitarra, el bajo y el teclado) e incluso trabajar.
Juan Pedro está "echándole ganas", aunque a su vez sabe que tiene que cargarse de paciencia, porque el proceso de recuperación y adaptación va a requerir tiempo.
"Tenemos que estar pacientes, tranquilos, para que todo salga bien", sentencia el mexicano.