Mi nombre es Ivan, tengo 7 años y amo mucho a mis padres, pero siendo sincero, les tengo miedo. Todos los días me pegan, aunque trato de hacer todo lo que me piden. Esta mañana me levanté y fui a la escuela.
En realidad, me gusta mucho la escuela, mis profesores y compañeros me caen muy bien. Sin embargo, ninguno quiere ser mi amigo. Durante el recreo, me quedo en el salón dibujando, porque nadie quiere ser mi amigo.
Cuando intento hablar con ellos, dicen que soy un bicho raro y me empujan. También se burlan de mi por llevar puesta la misma ropa todos los días.
Tenía mucho frio, y estaba adolorido. Entonces lloré, no por estas cosas, sino porque no les caía bien a mis compañeros. Cuando llegué a casa, mi mama me vio todo mojado y me agarró por el pelo.
Empezó a pelearme por haber llegado mojado. “¿Dónde estabas?, ¿por qué estas mojado? Pequeño idiota, ahora te iras a dormir sin cenar”. Así que me fui a la cama, con mucho frio y hambre.
Al día siguiente, la profesora nos pidió a todos hacer un dibujo. Mis compañeros dibujaban cohetes, muñecos y naves espaciales. Pero yo dibujé a una familia jugando y divirtiéndose con su hijo. Entonces la profesora pidió que mostráramos nuestros dibujos. Todos los niños mostraban los suyos y se sentían muy bien. Pero cuando llegó mi turno, todos se burlaban de mí. Se reían porque había dibujado una familia.
Cierto día, obtuve unas notas muy malas en inglés y sabía que mis padres se enfadarían. No quería regresar a casa, pero como no tenía a donde ir, caminé despacito hasta la casa. Al llegar, mi madre vio las notas y se puso muy brava conmigo. Entonces me golpeo en la cara y me tiró al suelo, donde me golpee con una silla. Como estaba muy adolorido, no pude levantarme, pero mi madre se fue y me dejó tirado.
Cierto día, se me cayó mi bebida por no poder agarrarla bien con mis dedos paralizados. A ellos eso les molestó mucho y me volvieron a pegar. Entonces me empezó a doler mucho el corazón y se lo dije a mi madre. “Mami, mami, mi corazón…” pero a ella no le importó.
Lamentablemente, Ivan murió dos días después de ser ingresado al hospital por culpa de sus lesiones. En sus manos hallaron una carta a medio escribir que decía lo siguiente:
Al parecer, en esta parte de su carta, su corazón dejó de latir. Tal vez esta historia de Rusia nunca ocurrió en realidad, pero su mensaje es claro. Nos hace ver todo el amor que podemos hallar en el corazón de un niño. Pero más que eso, nos muestra que ellos lo único que quieren es ser amados.
Esta historia también muestra que la sociedad debe tomar cartas en el asunto, para proteger a niños en esta situación. En muchos lugares, cientos de niños son maltratados por sus padres cada día.
Pero ellos simplemente necesitan un beso y un abrazo, un tierno cariño. Por eso, si tenemos hijos, no dejemos que los quehaceres nos roben hacer estas cosas con ellos. Cuidemos a nuestros pequeños y démosle mucho amor.