Por qué nunca deberías comer tilapia!

La tilapia se ha convertido en un pez muy comercializado. Se reproduce con facilidad y rapidez en las piscifactorías en donde convive tranquilamente con otras especies hacinadas en lugares reducidos. Puede desarrollarse tanto en agua salada como dulce, es resistente a las enfermedades y su carne blanca tiene una apariencia fresca y saludable.

Pero a pesar de que la tilapia parece ser un pez sin contraindicaciones por así decirlo, cuenta con detractores que denuncian que su bajo costo es una trampa, ya que es alimentada con todo tipo de desechos y son “forzadas” a acelerar su crecimiento por medio de una hormona llamada methyltestosterona. Además, se ha comprobado que tienen menos Omega 3 que el común de los peces silvestres y que es básicamente el motivo por el cual comemos pescado.


Otras de las críticas advierten que comer este pez equivale a comer un pescado artificial, casi de plástico. Incluso un estudiante inglés elaboró un plástico hecho a base de las escamas de la tilapia.

En condiciones naturales la tilapia se alimenta de algas y plantas acuáticas, pero en estas granjas criadero, se las engorda a base de maíz y soya modificados genéticamente y esto nos pone en un riesgo enorme porque las dioxinas que generan en este hábitat los peces son 11 veces más altas que los silvestres provocando inflamación y riesgo de cáncer. El aceite saludable común en todos los peces es casi nulo.

Muchos de nosotros consumimos pescado con la idea de incorporar sus nutrientes, pero es importante saber que los peces de criadero son alimentados con excrementos de otros animales, se les suministran antibióticos para que no contraigan enfermedades y al estar criados en lugares reducidos tienden a ser más grasos.

En resumen, es recomendable conocer de dónde proviene el pescado que vamos a consumir, ya que puede provocarnos más problemas que los beneficios que supone.

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