La colombiana dejó el modelaje para subirse al ring
La vida de Mónica Liliana Solano Henao cambió rotundamente después de dar a luz a su hijo, antes de ello era una reconocida modelo colombiana, después, una boxeadora profesional con hambre de victoria.
A un año de su debut, la deportista de 29 años le explicó a elheraldo.co cómo fue su incursión en el deporte que poco tiene que ver con el maquillaje, las poses y las pasarelas.
"Todos los presentes se quedaron en shock", recordó tras vencer a la serbia Sara Marjanovic, en lo que fue su primera pelea profesional en el MBS Arena, de Potsdam (Alemania).
Con un cuerpo cuyas medidas rondan los 98-65-105 y una altura de 1,78 metros, la colombiana venció a su rival por decisión unánime al final de cuarto, y último asalto de aquella noche.
"Lo primero que me pregunta todo el mundo es: ¿Y tu nariz? ¿Y tu rostro? ¿Por qué te metiste en eso? Tú no pareces boxeadora. Yo me enamoré del boxeo porque es un deporte que exige demasiada resistencia y disciplina", reconoció la peleadora quien asegura que es "muy femenina".
Santiago Jesus Quintero Solano, su pequeño hijo, cambió rotundamente su vida. Después de parir, le recomendaron al boxeo como un deporte para bajar de peso rápidamente, algo que tras practicarlo se convirtió en algo más que una forma de tonificar su cuerpo.
"El entrenador de boxeo que me estaba guiando me dijo: yo te veo algo especial, deberías llevar esto al profesionalismo. Yo toda la vida había querido ser deportista profesional", detalló.
Casada con el venezolano Jaime Lopez, la boxeadora ya se encuentra preparándose para su próxima pelea, la cual será el sábado 29 de abril ante Glenis Cardona, en lo que será su camino al título mundial de peso ligero.
"Mi pareja es mi apoyo incondicional, me ayuda para que esté entrenando y haga mis dietas, me paga mi entrenador y preparador físico. Está pendiente de todo", subrayó.