El cálculo dental, también denominado sarro o tártaro dental, es la acumulación de sales de calcio y fósforo sobre la superficie dental.
Se trata del resultado de la mineralización de la placa bacteriana, esto es, del conjunto de microorganismos, saliva y restos alimenticios que se van depositando sobre las piezas dentales.
El sarro se compone de una parte orgánica y otra inorgánica, donde predominan el calcio y el fósforo.
Según su localización, se distingue entre el sarro supragingival (amarillo), cuando se halla por encima de la línea de la encía, y el infragingival o subgingival (marrón), cuando se sitúa por debajo de esa línea.
Consejos para ayudar a controlar el sarro.
El mejor consejo que podemos darte es no dejar que se forme el sarro.
Estos son algunos consejos de cómo no dejar que esto suceda:
Como siempre, la higiene oral se basa en el imperio de cepillarse por lo menos 2 veces al día durante al menos 2 minutos.
El mejor cepillo es uno pequeño y suave, que puede llegar a todas partes en la boca.
A la hora de cepillarte tienes que estar seguro de alcanzar todos los lugares accesibles y limpiar los molares también.
Algunos estudios sugieren que los cepillos electrónicos eliminan la placa mejor que los normales.
Si va a usar uno, asegúrate de comprobar que el sello de la Asociación Dental Americana (ADA), debido a las rigurosas pruebas y control de calidad.