Los miomas uterinos: cinco datos que toda mujer debe saber

Redacción Internacional.- Los miomas uterinos son masas anormales de tejido muscular que se forman en la superficie de la matriz y, rara vez, en el cuello uterino.

Su presencia suele ser alarmante para las mujeres diagnosticadas, pero solo un 0,5 % llegan a desarrollarse por células cancerígenas.

Esto quiere decir que, aunque pueden ocasionar molestias ginecológicas, muy rara vez representan un riesgo de cáncer en el sistema.

Sin embargo, es una condición a la que se le debe prestar mucha atención, dado que puede interferir en la salud reproductiva y hormonal.

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) asegura que cerca de un 70 % de las féminas pueden tener este problema en algún momento de sus vidas.

Pese a esto, las mujeres no suelen informarse al respecto y, de hecho, se enteran de la enfermedad cuando ya ha trascurrido mucho tiempo.

Por esta razón, en el espacio de hoy queremos compartir 5 datos relevantes que toda mujer debe conocer sobre su desarrollo.

1. ¿Qué es un mioma uterino?

Los miomas uterinos son un tipo de tumor benigno que aparece, sobre todo, después de los 20 años de edad.

Conocidos también como leiomiomas o fibromiomas, son unas pequeñas masas de tejido, de aspecto redondo, cuyo tamaño puede ser microscópico, pero también grande.

Su aparición está relacionada con factores genéticos y hormonales y, por desgracia, es una de las causas de infertilidad en la mujer.

2. ¿Cuáles son los tipos de miomas uterinos?

Los miomas se clasifican en cuatro tipos, según la localización que tengan en la matriz.

Son aquellos que se forman justo debajo del miometrio, es decir, el revestimiento que protege la pared interior del útero.

Puede extenderse hacia la parte interna de la cavidad uterina y, cuando se agranda, llega a ocupar gran parte de esta.

Este tipo de masas se forman justo debajo de la serosa, una capa que recubre la parte externa del útero.

Su aparición hace que el útero adquiere un aspecto nodular.

Mioma pediculado

Estos miomas son de tipo subserosos, pero, a diferencia de los anteriores, crecen y acaban desprendiéndose de la matriz, quedando sujetos de un fino cordón conocido como pedículo.

Este tipo de tumor puede crecer hacia adentro de la cavidad uterina o hacia afuera.

Mioma intramural

Son masas que se forman dentro de la pared muscular del útero y, cuando se agradan, pueden distorsionar tanto la pared externa como la interna de este órgano.

3. ¿Cuáles son los síntomas de miomas uterinos?

Aunque, en muchos de los casos, es una enfermedad de difícil detección por la falta de síntomas, más de la mitad de las afectadas puede experimentar cambios que alertan su presencia.

Entre esto cabe destacar:

Sangrados menstruales abundantes e irregulares.

Inflamación y dolor en la parte baja del vientre.

Aumento repentino de peso.

Dificultades para quedar embarazada.

Embarazos y partos de alto riesgo.

Dolor durante el coito.

Cambios en los hábitos de orina.

4. ¿Cómo afectan los miomas uterinos la fertilidad?

Una de las principales preocupaciones entre las mujeres diagnosticadas con esta condición son las consecuencias que acarrea sobre su salud reproductiva.

Cuando las tumoraciones alcanzan un tamaño significativo, es probable que afecten la fertilidad, o bien, compliquen el embarazo.

El riesgo de quedar infértil varía en cada caso, casi siempre según la cantidad, el tamaño y la localización que tengan en el útero.

Los miomas incrementan de tamaño por la actividad de los estrógenos y, dado que durante el embarazo predomina la progesterona, es posible realizar un tratamiento para concebir.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que su presencia aumenta el riesgo de aborto en el primer trimestre de gestación y puede adelantar el parto cuando el embarazo ya está avanzado.

Por ahora, la miomectomía es una de las opciones más válidas para aquellas que, en su edad reproductiva, quieren quedar embarazadas.

5. ¿Cuáles son los tratamientos para los miomas uterinos?

Muchas de las mujeres que son diagnosticadas con esta condición piensan que la única solución para combatir los miomas son las intervenciones quirúrgicas.

No obstante, es importante saber que no es el único tratamiento y, de hecho, cuando son demasiado pequeños no es necesario.

Por lo general, las masas pequeñas son tratadas con un tratamiento farmacológico recetado por el profesional médico.

Si estos no responden a sus efectos y aumentan de tamaño, no hay más remedio que extirparlo.

En estos casos se realiza una miomectomía, la cual se enfoca en la eliminación de los fibromas sin afectar al útero.

Cuando hay complicaciones se practica una histerectomía, en la cual se hace una extirpación parcial o total del útero.

Muchos especialistas recomiendan un tratamiento con acetato de ulipristal (AUP), un modulador de progesterona que reduce la presencia de estos tumores en el útero.

La atención a sus síntomas y las continuas revisiones ginecológicas son determinantes para lograr un diagnóstico oportuno de esta enfermedad.

Si bien no suele ser grave, siempre es conveniente consultar al médico para analizarlo de forma detallada.

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