Según el informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe, dado a conocer recientemente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), conjuntamente con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cerca del 60% de la población de los países de ambas regiones sufre de obesidad o sobrepeso, cifra preocupante ya que equivale a unos 360 millones de personas; hizo referencia la Fundación Torres-Picón.
Según el informe, salvo Haití con un 38,5%, Paraguay con un 48,5% y Nicaragua con un 49,4%, el resto de los países latinoamericanos y caribeños presenta un porcentaje de personas obesas o con sobrepeso correspondiente a un 58% de la población.
Esta situaciòn se debe principalmente al desarrollo económico, al mejoramiento de los niveles de ingreso y a la integración de los mercados de la región, ya que estas condiciones propiciaron una variación en la dieta de la población, favoreciendo un incremento en el consumo de productos procesados, en desmedro de la alimentación tradicional, más natural y saludable.
Destaca el informe que el aumento en la tasa de obesidad fue superior en las mujeres, ya que en éstas se registró un incremento de unos diez puntos porcentuales por encima de los hombres.
De igual modo se produjo un aumento en la obesidad infantil, problema que afecta al 7,2% de los niños menores de cinco años en la región.
La obesidad es una enfermedad sumamente peligrosa, capaz de poner en riesgo la vida, ya que está asociada con prácticamente la mitad de las patologías crónicas existentes; en efecto, según la OMS la obesidad mórbida ocupa el segundo lugar, por encima del tabaquismo, como causa principal de muertes evitables, con aproximadamente 400.000 decesos anuales, razón por la cual desde 1998 esta organización la considera como epidemia global.
Además de la alimentación inadecuada, son muchos los factores de riesgo para el desarrollo del sobrepeso o la obesidad, de los cuales uno de los más determinantes es el sedentarismo, es por esto que la práctica cotidiana de suficiente actividad física es una eficaz medida preventiva contra este mal.
La prevención y tratamiento de la obesidad es de vital importancia incluso desde antes del nacimiento, debido a que sus consecuencias se manifiestan desde la niñez y a lo largo de toda la vida; la incidencia de la obesidad infantil está ocasionando la aparición cada vez más frecuente de enfermedades propias del adulto en niños pequeños, como la diabetes tipo II (no insulinodependiente), en adultos se manifiesta en forma de hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia y algunas formas de cáncer.
Así lo vienen divulgando medios internacionales online y agencias de noticias.
La Fundación Torres-Picón recuerda que a más joven se tiene sobrepeso o se es obeso, peor es el efecto en pérdida de años respecto a la expectativa de vida.
“Debemos profundizar y arreciar aún más la lucha internacional por prevenir y controlar la obesidad”, ha señalado Pedro J. Torres, portavoz y directivo de la ONG.
