(CNN Español) - "Si te da miedo a enfrentar algo, pues ni modo, enfréntalo con miedo. Es cuestión de preservar y seguir luchando" dice Perla del Rocío González de Saavedra.
A los 17 años, esta joven mexicana parecía tener toda su vida por delante: tocaba el saxofón, le encantaba el arte y la música y hasta le fascinaba y practicaba el kickboxing.
Pero la noticia de su diagnóstico con leucemia, en vez de vencerla y dejarla en nocaut, le trajo dos pequeños milagros que cambiarían su vida por completo.
El primero fue conocer una pequeña niña de 5 años que había nacido con cáncer y que le abrió sus ojos sobre cómo se debe disfrutar la vida. Y la segunda oportunidad que tuvo fue descubrir que no podía soportar los champús comerciales durante su quimioterapia.
Por eso decidió crear un champú natural basado en ingredientes nativos de México.
Fue en su casa en Monterrey durante una reunión con unos familiares en una cocina que nació la idea por medio de su investigación. “Supimos cómo elaborar un champú y qué plantas utilizar para hacer este proceso”, dijo en una entrevista con CNN en Español. Entre los ingredientes que utilizó para su champú se encontraban el romero, sábila y sangre de drago.
“Yo fui la primera que lo usó y lo que hice es se los di a mis amigos. '¡Toma te lo regalo!' Y se los regalaba. Como a mí me funcionaba, se los regalé a mis amigos que por desgracia algunos ya fallecieron", dice Perla del Rocío González de Saavedra.
Estudiante de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Perla ganó un concurso con su champú el mismo día que falleció la niña de 5 años que le había enseñado a mirar el mundo con nuevos ojos: Dulce.
“Ella me enseñó a que disfrutara aunque ella se sentía mal se acostaba y después se les pasaba. A veces uno se centra más en las cosas malas que a uno les pasa y no en aprovechar cada momento de la vida. Si estás en el hospital no puedes ver nada pero ahí te das cuenta que hasta el aire extrañas porque ni siquiera el aire te toca dentro del hospital y es lo que aprendí con ella. Que si estaba adentro del hospital era por mi bien pero si salía, tenía que aprovechar el aire, el sol. Amo el atardecer, amo ver el primer lucero de la noche porque son cosas que están ahí siempre y uno no se da cuenta de lo maravilloso que son,” asegura Perla.
“Fue de las personitas que por más chiquitas que estuviera —tenía cinco años y yo tenía 17, había una gran diferencia de edad— en vez de que yo le enseñara algo a ella, ella me enseñó prácticamente el mundo”.
Fue a raíz de esa experiencia compartida que decidió nombrar su champú oncológico en honor a Dulce. Perla sostiene que la pequeña no alcanzó a ser una modelo que soñaba a los apenas 5 años pero que ahora tiene "su propia marca" de champú: se llama Zoet, dulce en neerlandés.
Perla, que ahora se encuentra en etapa de vigilancia, sostiene que tendrá que esperar cinco años más para la confirmación si está libre de cáncer: Por el momento dice estar trabajando para conseguir que pacientes de cáncer y alopecia en todo el mundo pueden tener acceso a su champú que por ahora solo se consigue en México.
Nunca pensó que su champú tuviera tanto impacto pero dice sentirse feliz de que lleve el nombre de su amiga.
Escucha la entrevista completa para conocer los desafíos que enfrentó Perla para crear su champú Zoet. Escucha sus consejos sobre cómo se debe enfrentar la adversidad.