5 acciones que ha comprobado la ciencia para cambiar tu vida

Laura Martínez

A lo largo de su historia, los seres humanos han adoptado y/o aprendido multitud de “pequeñas grandes” acciones que han transformado de manera positiva su vida. A continuacion  5 acciones que la ciencia ha comprobado que han cambiado nuestra existencia.

1. Amamantar a los hijos, bueno para las madres. Uno de los estudios más grandes realizados en Estados Unidos, con la participación de más de 100 mil mujeres, afirma que las madres que dan el pecho a lo largo de su vida durante más de 23 meses tienen un 23% menos de riesgo de padecer una enfermedad coronaria.

La investigación comenzó en 1976 en Estados Unidos, cuando un grupo de especialistas del Brigham Women’s Hospital de la Facultad de Medicina de Harvard, comenzó a analizar la influencia de la lactancia sobre la salud cardiovascular femenina. El amamantamiento también reduce el riesgo de cáncer ovárico y de cáncer de pecho y parece tener un efecto reductor en el desarrollo de la osteoporosis.

2. Consumir nueces, bueno hasta para el semen. Este fabuloso fruto seco contiene una cantidad significativa de ácidos grasos omega 3 de origen vegetal. Su inclusión en la dieta permite reducir los niveles de colesterol malo, la presión arterial elevada o la glucosa en sangre. Todo ello significa que las nueces son adecuadas para personas que padecen diabetes, al tiempo que ayudan a reducir los factores de riesgo cardiovascular.

Lo último: según la Escuela de Enfermería de la Universidad de California (UCLA), comer 75 gramos de nueces al día mejora la vitalidad, movilidad y morfología de los espermatozoides en los hombres sanos de entre 21 y 35 años.

3. Pigmentos contra el infarto. Recientes estudios señalan que los pigmentos vegetales presentes en gran cantidad de alimentos contribuyen a prevenir los infartos de miocardio y otras enfermedades coronarias. Dicen los expertos que la ingesta de alimentos amarillos, morados, rojos o azules es más que una moda en el mundo de la dietética.

Está demostrado que a mayor intensidad de color en las frutas y verduras que consumimos, mayor aprovechamiento de las vitaminas, los minerales y los fotoquímicos que contienen. El médico holandés Michael Hertog, del Instituto Estatal de Higiene Pública, fue el primer en relacionar los riesgos cardiovasculares con el consumo de flavonoides, una especie de azúcares cuyo nombre deriva del latín flavus, que significa de color amarillo.

4. Ejercitar la mente, sudokus para prevenir el Alzheimer . Un estudio llevado a cabo por científicos del Instituto Ramón y Cajal de Madrid (España), demostró que al leer, escribir, relacionarse con el entorno o hacer sudokus, el cerebro capta una hormona conocida como IGF-1 (Insuline-like growth factor-1) del torrente sanguíneo y, de manera automática, las neuronas empiezan un proceso de autoprotección, supervivencia y desarrollo que garantiza el funcionamiento adecuado de la mente.

5. Reírse para tener un cerebro feliz. Un estudio presentado por la doctora Natalia López, catedrática de bioquímica y biología molecular de la Universidad de Navarra, afirma que el sentido del humor termina modificando el cerebro de forma positiva y además fortalece el cuerpo y es saludable.

A través de la liberación de dopamina, una hormona que genera una sensación de regocijo que se termina somatizando en una carcajada que, a su vez, fortalece el corazón y genera respuestas somáticas saludables.

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